El Santo regresó esta mañana a su lugar natural, el Santuario del Ecce Homo. Y lo hizo entre una multitudinaria procesión para despedir al Santín como merece, entre aplausos y las últimas plegarias de los ciudadanos antes de volver a salir en procesión en 2029. Dentro de siete años.
El desfile de esta mañana siguió un esquema similar al de hace nueve días con la bajada del Santo, encabezado por pendones, pendonetas y cruces, seguido por personas con indumentaria regional, mujeres con mantilla, la escolta de gala, ofrecidos y autoridades civiles y religiosas. Un desfile para remarcar la grandeza de unas fiestas que se caracterizan por tener que esperar tanto tiempo para volver a celebrarlas, lo que le da este carácter tan emotivo.
A pie de calle, aplausos en el momento en que el la Cofradía del Ecce Homo sacó al Santo de la Iglesia de San Pedro, aplausos durante el recorrido, a la llegada a la explanada del Santo o a la entrada a su Templo.
Fue en ese momento cuando la tormenta sorprendió a los asistentes con un espectacular chaparrón que hizo recordar a la población los orígenes de esta celebración ligada a plegarias para que el Santín trajera la lluvia. Esta vez sí la trajo.
Han pasado nueve días desde la salida del Santo que marcó el inicio de las fiestas. Nueve días en que el municipio de Bembibre ha contado con actividades a diario y que la alcaldesa ha valorado de forma positiva. Por la afluencia de público en general, con las calles “llenas con gente de fuera que se ha cogido las vacaciones en estas fechas”, y la respuesta de la población.
Es más, la concejala de Fiestas, Belén Martín, remarcó la importancia que han tenido estas fiestas para el sector hostelero hasta el punto que en muchos casos “han hecho el agosto en julio”.
Antes de la siguiente Salida del Santo aún quedan otras muchas fiestas, en honor al patrón, al Cristo, como siempre en septiembre. Una nueva cita para volver a introducir a Bembibre en la actividad festiva, sobre todo este año de vuelta a la normalidad.
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