Una estela de fuego recorre el cielo nocturno de Castilla y León de sur a norte por la destrucción de un satélite en la atmósfera

Por tanto, cualquier posible fragmento del satélite que hubiese sobrevivido a su brusco paso a través de la atmósfera terrestre habría caído al mar. No obstante, Madiedo ha apuntado que el caso está aún en estudio por si nuevas informaciones pudiesen servir para obtener más datos

24 de Enero de 2022
Actualizado: 29 de Enero de 2022 a las 11:05
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La entrada a la atmósfera de los restos del satélite Starlink 2200, que puso en el espacio hace un año el magnate Elon Musk, dejó ayer, hacia las 22.00 horas de la noche, un rastro de fuego de sur a norte que pudo verse en el cielo nocturno de la Comunidad, ayer tras sobrevolar la Península Ibérica desde Marruecos. Los restos, que cayeron al mar Cantábrico, fueron observados en diferentes puntos desde Ávila a León, según confirmó la Red de Investigación Bólidos y Meteoritos (SPMN).

Se trata del reingreso en la Tierra de un Starlink, que tras llegar a la atmósfera se desprendió en su fase final del satélite, dejando un rastro de fuego que fue observado también desde País Vasco, Lérida o Sevilla, entre otros puntos.

Miguel A. Furones / ICAL . Restos del satélite Starlink que se pudieron observar desde toda Castilla y León. Imagen tomada desde Navianos de Valverde (Zamora) por Miguel A. Furones

 

El SPMN señala que en los vídeos y fotografías se aprecia la fragmentación en “siete u ocho piezas, que coincide con los testimonios”. El astrofísico Josep Trigo confirmó que “se trata de la fase final del Starlink 2200, que impulsó la constelación de satélites a su órbita, tras lo cual decae como reentrada”. Además, advirtió de que este tipo “de reentradas se harán comunes”, como ya predijo la Red. La fragmentación extendida del objeto se produce al alcanzar las capas bajas de la atmósfera.

 

La bola de fuego ha sido grabada por los detectores que la Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa (Red SWEMN) opera en distintos observatorios del país, que trabajan en el marco del Proyecto SMART, coordinados desde el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC).


El análisis del investigador principal del proyecto SMART, José María Madiedo, del IAA-CSIC, en el que se han incluido también los datos proporcionados por algunos de los testigos, ha permitido determinar que el satélite que originó la bola de fuego entró en la atmósfera terrestre a una velocidad de unos 27.000 kilómetros por hora a las 23:00 horas de ayer 23 de enero.



Así, parece que la bola de fuego habría atravesado toda la Península hasta Asturias, donde habría finalizado su trayectoria sobre el mar Cantábrico.


Por tanto, cualquier posible fragmento del satélite que hubiese sobrevivido a su brusco paso a través de la atmósfera terrestre habría caído al mar. No obstante, Madiedo ha apuntado que el caso está aún en estudio por si nuevas informaciones pudiesen servir para obtener más datos.