El Plan Bolonia y la demanda de especialización multiplican por 20 el nº de alumnos de másteres en Castilla y León

15 de Abril de 2017
Actualizado: 16 de Abril de 2017 a las 13:21
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La puesta en marcha del espacio Europeo de Educación Superior a través del conocido Plan Bolonia y la demanda de una mayor especialización en la formación han multiplicado casi por 20 el número de alumnos de másteres en las universidades públicas y privadas de Castilla y León en once años. La proliferación de esta formación de postrado no ha dejado de crecer y el alumnado ha pasado de los 385 matriculados en el curso 2006-2007 a los 7.364 del actual, lo que supone un 1.812 por ciento más.

El Plan Bolonia, implantado en 2010, supuso que las licenciaturas y diplomaturas pasaban a estructurarse en grados, con una duración de cuatro años o 240 créditos que engloban una formación básica. Les siguen el postgrado o máster, que sirven como una especialización en un ámbito concreto o multidisciplinar, que puede ser de un año (60 créditos) o dos (120 créditos). Este tipo de estudios es obligatorio, además, para ejercer algunas profesiones y es requerido para acceder al doctorado.

Unos requisitos que han motivado un incremento del número de matriculados en los últimos cursos pero el alumnado en el máster se ha disparado, sobre todo, por la creciente demanda de especialización en el mercado laboral. No en vano, muchos universitarios optan por cursar esta formación de postgrado al pensar que un máster le facilitará encontrar un mejor empleo. Pero no solo hay alumnos recién licenciados sino también profesionales en activo que buscan en el máster la forma de mejorar su empleabilidad.

El director del área de Postgrado de la Universidad de León (ULE), José Luis Vázquez, asegura a la Agencia Ical que el máster es una oferta formativa que va al alza y que “irá a más” si finalmente se implanta el modelo que abre la puerta a grados de tres años y másteres de dos, más conocido como 3+2, en detrimento del 4+1 que funciona ahora. “Casi todo el mundo da por hecho que un grado, por sí solo, no es la mejor forma de acceder al mercado laboral”, precisa.

Las universidades de Castilla y León ofertaban en el curso 2007-2008 un total de 81 másteres, una cifra que este año se sitúa en 222, según los datos del Ministerio de Educación y Cultura y la Consejería de Educación. De ese número, 182 corresponden a las cuatro universidades públicas y el resto se presta en universidades privadas, repartidos entre la IE Universidad, con campus en Segovia; Universidad Católica de Ávila; Universidad Pontificia de Salamanca; Universidad Europea Miguel de Cervantes y Universidad Internacional Isabel I.

Las últimas estadísticas disponibles por el Ministerio, correspondientes al curso académico 2015-2016, permiten comprobar que el 41 por ciento del alumnado de máster en la Comunidad tenía menos de 25 años mientras que otro 33 por ciento correspondía a la franja comprendida entre los 25 y los 30 años. Además, se completaban con el 18,6 por ciento de alumnos entre 31 y 40 años y el 7,1 por ciento de los mayores de 40.

 

Estudiantes extranjeros

En cuanto al origen de los alumnos, el 77 por ciento del total de matriculados en algún máster era español frente al 23 por ciento restante que procedía del exterior, con un mayor peso de los estudiantes de América Latina (9,1 por ciento) y de la Unión Europea (6,9 por ciento). También hay diferencias entre universidades y tipo de estudios. El porcentaje de estudiantes extranjeros en la USAL en másteres oficiales es del 25 por ciento en el presente curso pero se eleva hasta el 54 por ciento en el caso de los títulos propios. Un porcentaje que en 2010-2011 era solo del 3,7 por ciento. “La solidez y la fortaleza de las titulaciones de la USAL permiten captar a alumnos de otros lugares, como los extranjeros de América Latina”, señala la vicerrectora de Docencia de la Universidad de Salamanca, Rosario Martín Ruano. En el caso de la Universidad de Burgos, un total de 2.065 alumnos ha obtenido un título de máster desde el año 2006, de los cuales un 7 por ciento es extranjero.

Los títulos más solicitados son los englobados en el área de Ciencias Sociales y Jurídicas, con el 62,7 por ciento del total de alumnos de esta formación de postgrado en la Comunidad, seguida del 17 por ciento de Ingeniería y Arquitectura y el 9,3 por ciento de Ciencias de la salud.

Pese a que las universidades públicas de la región ofertan más número de másteres, las instituciones privadas suman el 42 por ciento de los matriculados. Otro dato revelador es que los estudiantes de máster solo significan el 8,8 por ciento del total de alumnos en el sistema universitario de Castilla y León, que se traduce en que muchos de los graduados en centros de la región que optan por realizar cursos de postgrado acuden a Madrid y Cataluña, que disponen de una mayor oferta y prestigio.

La vicerrectora de Políticas Educativas de la Universidad de Burgos, Begoña Prieto, señala a Ical que ese porcentaje se sitúa en el 6,6 por ciento en su campus, que demuestra un bajo porcentaje de estudiantes que continúan cursando un máster. “Si el graduado se inserta en el mercado laboral, pospone esa etapa para más adelante, una vez que detecta sus necesidades de formación permanente. Por el contrario, si se encuentra desocupado, se plantea el máster como un trampolín para la inserción laboral a través de las prácticas”, apunta.

Prieto reconoce que la mayoría de los matriculados en los másteres de la UBU procede de los grados de la propia universidad, sobre todo en los estudios de postgrado que son “requisito imprescindible” para el ejercicio de la profesión. El último informe ‘Datos y cifras del sistema universitario español. Curso 2015-2016’, elaborado por el Ministerio de Educación, concluye que solo el 18 por ciento de los titulados en España estudian un máster al año siguiente de finalizar el grado. De ellos, el 10 por ciento lo cursa en la misma universidad.

 

Retener a sus titulados

Los responsables de las universidades públicas de la Comunidad apuestan por retener a sus titulados con másteres más atractivos, multidisciplinares y transversales en lugar de ser monotemáticos, sin olvidar los estudios ‘on line’ donde las privadas llevan ventaja. “Lo virtual tiene cada vez más atractivo”, sentencia la vicerrectora de la Universidad de Salamanca. Por su parte, Váquez (ULE) destaca la puesta en marcha de másteres de investigación conjuntos entre universidades, en el marco del campus CEI Triangular-E3, que impulsan los campus de Burgos, León y Valladolid.

Martín Ruano, de Salamanca, explica que algunos másteres son “atractivos” por las prácticas que ofrecen y por recoger las demandas del mercado. “Hay alumnos que buscan mejorar los conocimientos del grado pero otros apuestan por la superespecialización en una materia”, precisa. La vicerrectora recuerda que la universidad también ofrece “espacios de reorientación disciplinar” y reciclaje profesional.

El director del área de Postgrado de la Universidad de León cita también el caso del estudiante que siempre deseó hacer un Erasmus en el extranjero y ahora tiene la posibilidad de cursar un máster en otro país. Tampoco se olvida del profesional procedente de una empresa, que busca en ese tipo de formación un reciclaje o una actualización de una materia. “Es un alumno más exigente que supone un reto para el profesor y, por tanto, enriquece al resto de matriculados con su experiencia”, opina.

Hace unas semanas, con motivo de la presentación de la III Feria de Postgrado de la USAL, el vicerrector de Promoción y Coordinación, Enrique Cabero, subrayó la importancia de la oferta de estudios de postgrado como el “elemento diferencial” entre universidades. De ahí que destacara el esfuerzo de la Universidad de Salamanca para ofrecer un máster de referencia para cada uno de los grados impartidos en la institución que, a la postre, son los más demandados.

En ese sentido, la vicerrectora de Docencia de la Universidad de Salamanca reconoce que muchos de los estudios de grado tienen su continuidad en másteres. “Hasta ahora se pensaba que los grados eran una formación autosuficiente pero cada vez son más los alumnos que apuestan por la formación continua y la especialización”, explica. De ahí que algunos estudiantes cursen varios másteres de diferentes disciplinas. No en vano, recuerda que el Plan Bolonia apuesta por la interconexión del conocimiento y la formación. Por su parte, José Luis Vázquez, de la ULE, pone el ejemplo del sistema educativo superior de Estados Unidos donde hay una formación universitaria básica y, posteriormente, una especialización.

 

Modelo 3+2

En cuanto al nuevo modelo de 3+2, los responsables de las universidades recuerdan que pactaron con la Consejería de Educación no crear más grados hasta el curso 2018-2019 a la espera de contar con nuevo mapa de titulaciones. “El horizonte del 3+2 en Castilla y León se puede plantear pero requiere un acuerdo entre las universidades públicas”, apunta Martín Ruano. En todo caso, considera que, de momento, “no es futuro inmediato aunque sin descartarlo”. En ese sentido, se pronuncia Prieto, de la UBU, quien señala que es “algo aún pendiente de concreción y lejano”. Por su parte, la Universidad de León es consciente del “rechazo” que genera en algunos sectores pero sus responsables apuestan, cuando llegue el momento, por “adaptarnos a la realidad y no ir a contracorriente”.