Columna “La espuma de los días” / Y García-Page ascendió a los cielos

12 de Enero de 2023
Actualizado: 25 de Abril de 2023 a las 17:17
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ruano articulos
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¿También tú, Bruto?


Julio César


 


 



Cuando a César se le subió la cosa a la cabeza, llegaron unos cuantos senadores romanos y lo cosieron a puñaladas, no porque quisieran a César menos, sino porque amaban a Roma más. Algo así volvemos a presenciarlo unos cuantos siglos después, quizá porque la historia es circular, o más coloquialmente, porque está todo el pescado vendido, no somos tan innovadores ni originales.

De este modo salen los García-Page y los Lambán, a apuñalar pública y democráticamente al líder, exhibiendo en la rueda de prensa el micrófono manchado de sangre, solo que, a estas alturas, y pese a todo el efectismo, bien pudiera ser que fuese una puesta en escena, un teatrillo para salvar las autonómicas que están a la vuelta de la esquina. Cuando uno apuñala al César, o lo mata, o pide misericordia y marcha por la puerta de atrás. Pero aquí, en la España de charanga y pandereta, eso de marcharse por la puerta de atrás, o sea, soltar una dimisión, no está de moda, no se estila, así que nuestro querido G.P. ni muere ni mata, sino que sigue en el buque fantasma de la política.

Bien es cierto que al nuevo César nadie lo quiso, los varones, se entiende, y la decepción no puede ser la de Julio, sorprendido por su amado Bruto en la última puñalada, las más dolorosa por traidora, ya que a Sánchez lo intentaron apuñalar antes de subir al trono y se reinventó con las bases en su gira particular, el Sánchez On Tour, al más estilo rocanrolero, al que bien lo pudieran haber acompañado Miguel Ríos con El Blues del Autobús, pero esa ya es otra historia.

Decíamos, pues, que al no ser grande la decepción, tampoco lo será la represalia, y así como los ministros de Franco morían de correspondencia, llegaba un tipo en moto con la carta de cese y se convertía el afectado en un cadáver político, los de Sánchez, pese a todo, mueren simplemente de asfixia decorativa, ya que, tras la puñalada, la reforma siguió su rumbo, y he aquí que, Sánchez Mediante, ya no tenemos eso del delito de sedición, y la malversación viene a ser una cuestión menor de la que solo se preocupan los rencorosos o los carcas, lo cual le vendrá muy bien al colectivo en su conjunto, que ya se sabe suelen darle aire al dinero público.

En cualquier caso, y por un instante, el señor García-Page ascendió a los cielos, y a continuación, como un relámpago, cayó y se perdió en la inmensidad del mar. Salve, César.