Te contamos cómo funciona actualmente el cultivo de cannabis a gran escala en Estados Unidos.
Cannabis en EEUU
La historia de la legislación sobre el cannabis en Estados Unidos es larga y compleja. Las leyes federales que prohíben el cultivo, la venta y el consumo de cannabis se promulgaron por primera vez en 1937. Sin embargo, estas leyes no impidieron que cada estado promulgara sus propias leyes sobre el cannabis.
En 1996, California se convirtió en el primer estado en legalizar la venta y el consumo de cannabis con fines terapéuticos. Este acontecimiento desencadenó un efecto dominó, con un número creciente de estados que aprobaron sus propias leyes favorables al cannabis.
En la actualidad, 11 estados han legalizado el cannabis con fines recreativos y 33 estados lo han legalizado para uso medicinal. Sin embargo, a nivel federal, no se ha producido ningún avance con respecto al uso terapéutico o recreativo.
Por otro lado, respecto al uso del cannabis para fines industriales (cáñamo), ha habido una legislación que ha permitido una situación de completa legalidad en todo el país para los productores de este tipo de cannabis.
La Ley de Agricultura de 2014 fue la primera legislación que abrió una pequeña grieta en la prohibición federal del cannabis en Estados Unidos. El proyecto de ley permitía el uso de variantes industriales del cannabis para programas de investigación, pero mantenía el cannabis en la lista de sustancias controladas, junto con drogas como la heroína y la cocaína.
La Ley Agrícola de 2018, que se aprobó durante la presidencia de Donald Trump, amplió la ley de 2014 al legalizar el cannabis industrial a nivel federal. Este cambio significaba que el cultivo de cannabis industrial sin licencia ya no se consideraría un delito.
Tipos de cultivos cannabicos a gran escala
Flor de THC
En los estados donde se permite el uso recreativo o medicinal de la marihuana, la producción de flores de THC se centra en un producto de alta calidad. Las granjas buscan producir flores con altos niveles de THC y buenas cualidades organolépticas. El término "organoléptico" describe las propiedades físicas y químicas que se perciben por los sentidos.
El producto final se vende para fumar y se utiliza para crear otros productos diversos, como extractos, alimentos y bebidas infundidos con THC, líquido para vaporizar y aerosoles sublinguales. Al producir flores de THC de alta calidad, estas granjas esperan proporcionar a los clientes una experiencia placentera que satisfaga sus necesidades.
Flor de CBD
La producción de flor de CBD es un proceso que está permitido en todo el país, siempre y cuando no se supere el límite de THC del 0,3%.
Podemos dividir la producción de flor de CBD en dos tipos, que se definen según el uso que se le dé a la flor. Por un lado, producciones para flor boutique, llamadas así las flores utilizadas para el mercado fumable de este cannabinoide, en las que se busca, al igual que ocurre con la flor de THC, una flor de alta calidad, con un alto contenido en CBD y excelentes cualidades organolépticas. Por otro lado, están las producciones destinadas a la biomasa. En estas producciones se utilizan variedades con menor criterio de selección respecto a la calidad de la flor, pero más resistentes desde el punto de vista agronómico.
La producción de flor de CBD para boutique flower suele implicar un mayor nivel de cuidado y atención al detalle que las producciones destinadas a biomasa. Esto se debe a que las flores de CBD destinadas al mercado fumable deben cumplir con estándares de calidad más altos para ser consideradas aceptables para la venta. Como resultado, las flores de CBD producidas para fines de flor boutique suelen tener un precio más alto que las producidas para biomasa.
Semilla feminizadas CBD
Para satisfacer la demanda, muchas empresas han desarrollado semillas feminizadas de genética CBD, que permiten un uso más eficiente del espacio y los recursos en las granjas.
Estas semillas han sido cuidadosamente criadas para producir sólo plantas femeninas, que son más ricas en CBD que sus homólogas masculinas. Esto garantiza que los agricultores, con la compra de semillas para el cultivo, puedan maximizar el contenido de CBD de sus cultivos, a la vez que minimizan la cantidad de tiempo y esfuerzo necesarios para cultivarlos. Como resultado, la producción de semillas feminizadas de genética CBD se ha convertido en una industria en auge, con muchas empresas que compiten para ofrecer el mejor producto posible a los agricultores.