El consumo de pornografía es, obviamente, una actividad de ámbito privado y, primero el confinamiento, y después las medidas de distanciamiento social, han provocado que los ciudadanos pasen mucho más tiempo en casa y reduzcan al máximo sus relaciones sociales, lo que incluye las relaciones de pareja y los encuentros sexuales.
Se da el caso de que durante los meses del confinamiento hubo un elevado número de parejas que, al no haber dado el paso de compartir vivienda, se vieron obligados a mantener la distancia y el único contacto que tuvieron fue por vía telefónica, tanto a través de mensajes de texto como llamadas y videoconferencias.
El aumento del consumo de pornografía viene motivado, por tanto, por varios factores:
- Por un lado, porque es algo que, en general, gusta, atrae y despierta morbo y fascinación.
- También se debe a que la mayoría de los consumidores de porno -hombres y mujeres- lo utilizan a la hora de masturbarse para alcanzar un mayor nivel de excitación.
- Con la pornografía pasa lo mismo que sucede con el resto de géneros cinematográficos: el espectador se identifica con el protagonista que pasa a ser una proyección audiovisual del propio espectador, lo que acerca de forma clara todo un universo de fantasías sexuales y actúa como una especie de placebo.
- Es una válvula de escape a unas necesidades fisiológicas, ya que, para muchas personas, ha ocupado el vacío dejado por la falta de relaciones sexuales por culpa del confinamiento.
Chat y webcam
Es curioso no solo ha aumentado la cantidad de vídeos de contenido sexual, también lo ha hecho el consumo de otras formas de pornografía como los chats y las webcams porno.
La industria de la pornografía y del sexo, como cualquier otra industria, también está obligada a reinventarse para seguir atrayendo a usuarios. La aparición de internet democratizó el consumo de la pornografía y la hizo más accesible al público. Internet se ha convertido en una herramienta poderosa e imprescindible y ha pasado a ser la principal fuente de negocio de una gran parte de empresarios y trabajadores.
Las nuevas formas de comunicación que han aparecido con la irrupción de internet y el desarrollo de las tecnologías de la comunicación han posibilitado la aparición de innovaciones como la webcam porno y el chat de sexo.
Las webcams para adultos suponen un paso más allá en el consumo de pornografía. Se trata de espectáculos porno en vivo en los que los espectadores pueden interactuar, chatear con chicas y realizar peticiones, creando una experiencia mucho más personal y cercana que el simple visionado de vídeos pornográficos; sus consumidores pasan de ser espectadores a convertirse en participantes.
Ante la falta o el descenso de relaciones personales, muchos ciudadanos han acudido a un chat porno o a una webcam para cubrir, en parte, esas necesidades.
Por último, el aumento del consumo de todo tipo de pornografía también se explica a partir del continuo proceso de liberación sexual que vive la sociedad actual, mucho más abierta a hablar sobre sexualidad que hace unos años.