La magia de Villasumil y su castaño milenario... en el que ¿podría entrar una familia?

Al final de Villasumil encontramos un cartel que indica hacia la izquierda: "castaño El Cantín". ¿Quieres saber más sobre este sorprendente árbol? Te lo contamos y te acercamos a él con fotos.

26 de Marzo de 2022
Actualizado: 13 de Abril de 2022 a las 15:16
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Adentrarse en Ancares, actual municipio de Candín, es cruzar hacia un paisaje con mil puertas que abrir para poco a poco ir deleitando a todos y cada uno de los sentidos. El asombro, a cada kilómetro que recorres, es el sentimiento más repetido si decides dejarte llevar por las curvas que llevan hasta lugares recónditos y mágicos como Villasumil. Con el Río Ancares bañando las verdes montañas y dando nombre a este valle, encontramos orillas llenas de historias y grandes tesoros, tanto tangibles como intangibles. 

 

Vistas desde Villasumil. Foto: Lucía Suárez

 

Uno de esos tesoros tiene forma de castaño y lo encontramos arropando la Iglesia Románica de Villasumil. Si tienes la suerte y las ganas de acercarte a disfrutar de esta zona de nuestra variopinta comarca, no tardarás en notar el peculiar ambiente que envuelve al pueblo, una inexplicable sensación que se mezcla con la nostalgia de lo que algún día fue todo aquello te acompaña desde el principio hasta el final de este pequeño pueblo. Al final de Villasumil es donde encontrarás un cartel que indica hacia la izquierda: "castaño El Cantín".

 

Foto: Lucía Suárez

Foto: Lucía Suárez

El castaño "El Cantín" es un árbol milenario con un perímetro de casi 13 metros de circunferencia, presenta una curiosa oquedad en el tronco en la que podrían entrar hasta 15 personas. De hecho, por leyenda o por verdad, se dice que llegó a vivir una familia dentro de él. Aunque no lleguemos a saber si esta hazaña fue cierta o no, lo cierto es que podría suceder, ya que el espacio que encontramos dentro de este impresionante castaño es más amplio que muchos de los pisos que podemos encontrar en una rápida búsqueda de vivienda en grandes urbes como Madrid.

Mientras se admira este patrimonio natural, los adjetivos que abordan nuestra mente son varios: inabarcable, grandioso y sobre todo sorprendente. La pregunta que rebota una y otra vez es clara: ¿Cuántas cosas habrán visto sus cortezas?

 

Foto: Lucía Suárez

 

 

Foto: Lucía Suárez

Foto: Lucía Suárez