Muchos vaticinaban una plaza Mayor llena hasta la bandera en el concierto de Camela, y así fue. Al menos durante la primera parte de la actuación. Y es que las lluvias intermitentes que cayeron durante la noche provocaron que muchos de los asistentes se buscaran cobijo en los soportales, e incluso algunos terminaron abandonando la plaza.
Pero Camela cumplió, no abandonó el escenario y el propio Dioni bromeó en más de una ocasión dirigiéndose al cielo y a las nubes advirtiendo que no podrían con ellos.
Los que acudieron al concierto lo hicieron con la ventaja de conocer alguna de las canciones. De hecho, la pregunta que se puede hacer es quién no conoce aunque sea sólo uno de los temas del grupo. Como suele suceder las que triunfaron años atrás se llevaron la palma.
En el repertorio no faltaron canciones de muy variados tiempos, desde el éxito “Lágrimas de amor”, incluido en el primer álbum del mismo título, del año 1994, “Sueños inalcanzables”, de 1995, hasta los éxitos más recientes del último disco “Más de lo que piensas”.
Tampoco pasó por alto algunas de las canciones de los últimos años como “Nunca debí enamorarme”, “Has cambiado mi vida” o el no menos exitoso “Cuando zarpa el amor”. Eso sí, el momento que cautivó a sus fans fue cuando Ángeles y Dioni interpretaron un mix de canciones que se convirtió en un festín del sonido (de su sonido) tecno rumba de los 90. Lo que fue y es la esencia de Camela.
Paraguas en mano cuando llovía, o sin él bajo el agua. Pero el público aguantó. Sobre todo aquellos que se desplazaron expresamente para verlos sobre el escenario, que fueron muchos. Y los que se quedaron, disfrutaron con un grupo que, a pesar de los años y del abandono reciente de uno de los integrantes de Camela, sigue teniendo en la voz de los dos cantantes la clave para seguir cautivando a su público.
