El Castillo de los Templarios de Ponferrada y su entorno se convertirán este fin de semana en escenario de la revuelta de los Irmandiños del siglo XV. La Asociación Caballeros de Ulver, con la colaboración del Ayuntamiento, será la encargada de realizar esta recreación acompañada de seis grupos de fuera del Bierzo. En el evento, además, podrán participar los asistentes. "Queremos que la gente aprenda la historia de la ciudad y sepa que ocurrió, y queremos hacerlo de forma que se involucre y participe en el asalto, que lo vivan desde dentro", ha explicado el presidente de la Asociación, Gonzalo González.
El asalto comenzará el sábado 22 a las 19 horas en el entorno del Castillo y finalizará dentro de sus muros, donde los Caballeros de Ulver estarán hasta las 21.30 horas explicando a todos aquellos interesados más sobre el hecho histórico y su indumentaria. Además, durante todo el fin de semana realizarán visitas guiadas a la fortaleza. El domingo se cerrarán los actos con lizas, campeonato de tiro con arco y muestras de la vida en el campamento.
Será la segunda vez que se celebre esta recreación histórica, tras el éxito en la primera celebrada el pasado año. Los organizadores esperan que la asistencia de público sea mayor que en 2017, cuando ya contaron con alrededor de 600 personas, para así cumplir con su objetivo que es poner en valor la historia berciana y la ciudad, potenciando el turismo cultural. En cuanto a los 'actores', participarán 70 personas en el evento.
Ponferrada y las Revueltas Irmandiñas
Las Revueltas Irmandiñas fueron unas revoluciones populares originadas en Galicia y que llegaron al Bierzo tras la creación de la Santa Hermandad, con la que los representantes del pueblo y la burguesía combatieron los privilegios de la nobleza. El avance de las revueltas logró destruir los núcleos de poder de los nobles, echando a tierra hasta 140 castillos en Galicia.
En cuanto al Bierzo, el asedio de los irmandiños destruyó los castillos de Sarracín, en el municipio de Vega de Valcarce, el de Cornatel, en Priaranza del Bierzo, o el de Balboa. En el asedio a la fortaleza templaria de Ponferrada, se produjo la traición que supuso el principio del fin de la revuelta. Posteriormente, la capital berciana fue uno de los tres puntos desde los que partieron los ejércitos que sofocaron la revuelta y ejecutaron a sus impulsores en Santiago de Compostela.