En pocas semanas se cumplirán 15 años del concierto que dio origen a la creación de la Orquesta Sinfónica de Ponferrada y del Bierzo (Ospobi), un colectivo que nació en el seno del IES Gil y Carrasco cuando Manuel Alejandre, actual director del conjunto, organizó a un grupo de alumnos del instituto junto a otros músicos bercianos para ofrecer a la comunidad educativa un primer y exitoso recital. Una década y media después, un total de 65 músicos componen esta agrupación que espera poder subirse al escenario en el mes de noviembre junto a la chelista rusa Anastasia Kobekina, finalista del concurso Tchaikowsky de Moscú, probablemente el más prestigioso del mundo.
Antes, en concreto el 17 de abril, la Ospobi dedicará íntegramente su tradicional concierto de primavera a la música española, y en el mes de julio está programado un concierto gratuito en horario nocturno y al aire libre. “Este año 2021 todavía será un año muy difícil para la cultura y en particular para la música. Nosotros esperamos que todo mejore y que los aforos se puedan ir aumentando poco a poco para que todo el público que lo desee pueda acudir a nuestros conciertos. De la misma forma deseamos que todos nuestros músicos puedan volver a tocar juntos. Pero siendo objetivos y realistas nos conformamos con poder realizar las tres producciones que tenemos previstas en abril, julio y noviembre”, confiesa Alejandre.
En ese sentido, la Sinfónica no ha sido ajena durante 2020 a los contratiempos originados por la pandemia de COVID-19. “El confinamiento nos pilló a escasos 15 días de celebrar nuestro tradicional concierto de primavera. Fue un jarro de agua fría enorme ya que habíamos preparado un programa muy ambicioso, con música sinfónica y coral junto al coro Capilla de la Divina Comedia y al Orfeón Valdeorrés”, explica el director. Este concierto, que debía suponer la movilización de casi 100 personas, no pudo llevarse a cabo hasta el 24 de octubre, en el primer concierto de la ‘nueva normalidad’ que se celebró en el Teatro Bergidum de Ponferrada. “Demostramos que la música sinfónica en vivo es posible en tiempos de pandemia”, subraya Alejandre.
Además, la crisis sanitaria también impidió a la Ospobi participar en el ciclo de música de Semana Santa de Santiago de Compostela, previsto para finales del mes de abril, y obligó a suspender los ensayos hasta el mes de junio. Desde entonces y debido a que las medidas sanitarias no permitían ensayar en recintos cerrados, la Sinfónica tuvo que abandonar su local de ensayo habitual en el centro cívico de Flores del Sil y trasladarse al patio del colegio público Luis del Olmo. “Ahí estuvimos ensayando al aire libre hasta principios de octubre, cuando las condiciones meteorológicas empezaron a ser desfavorables”, recuerda Alejandre.
Actualmente, la orquesta ensaya en el salón de actos del colegio, aunque las limitaciones establecidas para hacer frente a la pandemia obligan a que estos ensayos sólo puedan programarse en grupos pequeños. “Los protocolos del Ayuntamiento no nos permiten ensayar con más de seis personas de cada vez y esta circunstancia complica enormemente la organización de los ensayos, pero por otro lado damos gracias de, al menos, poder seguir ensayando de cara a nuestros futuros compromisos”, asegura el director, que recuerda que la crisis sanitaria también ha supuesto la reducción provisional del número de miembros de la orquesta a 30 personas.
La última oportunidad de ver a la Ospobi sobre el escenario tuvo lugar el pasado 26 de diciembre, con el tradicional Concierto de Navidad, que este año sirvió para homenajear a Beethoven en el 250 aniversario de su nacimiento. “Nos hubiera gustado poner en escena un concierto completo dedicado al genio alemán, pero con una orquesta de 30 músicos solamente nos decidimos por una de sus más famosas oberturas, que seguramente nunca haya sido tocada por una orquesta tan pequeña”, señala Alejandre.
Al respecto, las actuaciones de la ‘nueva normalidad’ suponen, según el director, “un ejercicio casi de equilibrio entre continuar con la actividad y garantizar la seguridad de músicos y público”. Este “reto de enorme dificultad” obligó a tomar “decisiones difíciles”, como reducir a la mitad el tamaño de la orquesta, haciendo que muchos músicos no pudieran subir al escenario, o afrontar la reducción de aforo del Teatro Bergidum, con lo que ello conlleva en términos económicos, recuerda Alejandre.
Vínculos internacionales
Pese a sus humildes comienzos como orquesta escolar, la Sinfónica de Ponferrada no ha parado de crecer en esta década y media. Tras participar a lo largo de una década en diversos actos sociales y culturales en la ciudad, la agrupación musical se presentó al público en 2016 como Sinfonietta de Ponferrada, un conjunto de más de 40 músicos. Un año más tarde, ya con el nombre de Orquesta Sinfónica de Ponferrada y del Bierzo y con el “tamaño completo” de 65 músicos, la formación inició su actual andadura sobre los escenarios. Entre los grandes hitos conseguidos en este periodo, destaca con luz propia el encuentro sinfónico entre Ponferrada y Taiwán, celebrado en agosto de 2019. Al respecto, Alejandre califica ese evento como “el acontecimiento musical más importante que se haya celebrado en la ciudad” y recuerda que el público berciano pudo disfrutar de un espectáculo en el que participaron un total de 72 músicos, mitad bercianos y mitad taiwaneses, junto con el director japonés Joe Yamaji y el solista intenacional Yanami Shakahashi.
En esa línea, el director de la Ospobi valora el “recuerdo imborrable” dejado por “tres días muy intensos” en los que la música sirvió de nexo entre personas de culturas muy dispares. “Desde luego que la idea era haber viajado nosotros allí para fusionarnos con ellos y ofrecer conciertos en Taoyuan y Taipei, pero el no haber encontrado recursos económicos suficientes y la aparición de la pandemia hicieron fracasar también éste proyecto”, lamenta Alejandre..
Además, aunque la reivindicación de la música y los compositores españoles es uno de los signos de identidad de la orquesta, también destacan en la trayectoria de la Sinfónica de Ponferrada las actuaciones del ciclo ‘Solistas internacionales’, en el que han participado grandes figuras del panorama musical como el trompetista británico Mark Gibson.
Apuesta por el talento joven y local
De la misma manera, Alejandre destaca que otra de las características que distingue a la Ospobi es su apuesta por el talento joven y local. “Aproximadamente la mitad de la formación está integrada por jóvenes estudiantes que tienen la oportunidad de desarrollar sus cualidades artísticas en un grupo local estable”, subraya el director, que remarca que algunos de los integrantes de la orquesta primigenia continúan vinculados a la formación 15 años después.
En ese sentido, Alejandre recalca que el proyecto de la Ospobi es “uno de los más importantes culturalmente hablando de la comarca, que implica a mayor cantidad de gente y que desarrolla proyectos estables” y recuerda que “para hacer todo esto de manera óptima hacen falta recursos económicos y apoyo institucional”. “Nuestros gobernantes tienen que entender que la cultura produce riqueza, y la repercusión y el beneficio para la sociedad de una orquesta sinfónica es incalculable, tanto desde un punto de vista social y cultural como educativo y didáctico”, afirma.
En la misma línea, el director de la Sinfónica de Ponferrada reconoce que “2021 será todavía un año difícil para la cultura”. “Existen muchas prioridades, y más en la actualidad, pero si no cultivamos y perdemos nuestra esencia sensitiva, paulatinamente nos conduciremos a un abismo del que difícilmente será posible salir. Esta pandemia lo ha demostrado: el futuro son la ciencia y la cultura”, asegura.
