Pocos lo podían pensar hace apenas dos semanas, cuando la Deportiva Ponferradina encadenaba su sexto partido seguido en liga sin perder con Fernando Estévez como entrenador. Sin embargo, es ya una realidad que la escuadra berciana ocupa puestos de descenso en el Grupo I de la Primera Federación. La derrota por 1-2 frente al Arenas, rival directo en la zona baja, y la victoria (1-3) del Zamora en Tajonar, el campo del Osasuna B, colocan al equipo de la capital berciana en 16ª posición, abriendo puestos de descenso.
Aunque es pronto para hacer lecturas muy profundas –está a un punto de la salvación– y apenas lleva un puñado de entrenamientos, el cambio de entrenador y la consiguiente llegada de Mehdi Nafti a Ponferrada no tuvo el efecto deseado y el equipo berciano encadenó su cuarta jornada consecutiva sin ganar y la segunda derrota seguida. Lo más grave, si cabe, es que el cuadro deportivista firmó sus peores minutos de la temporada en un duelo que podría ser clave en la lucha por una permanencia que ahora algunos ven complicada.
Además, apenas ofreció la Deportiva argumentos para ilusionar a una afición que, aunque no fue tan numerosa como en otras citas, expresó su descontento con el equipo y su dirección al final del encuentro disputado en El Toralín frente al equipo de Getxo. Lo único positivo, si hay algo, es que desde ahora todo tiene que ir a mejor después de tocar fondo ante un rival que estaba en descenso. Toca confiar en que el técnico nacido en la localidad gala de Toulouse sea capaz de reconducir la situación y pueda aspirar a objetivos más ambiciosos que la salvación.
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