José Sietes explica cómo diseñó el equipo de la Ponferradina con Íñigo Vélez y reconoce errores

En una entrevista en Jotdown, José Sietes, director deportivo de la Ponferradina, habla de su llegada al club y sus responsabilidades. Sobre ese proceso de fichajes, reconoce que esta temporada es más complicado porque "este año no tenemos ojeadores"

27 de Marzo de 2024
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El director deportivo de la Ponferradina, José Sietes | Twitter Ponferradina
El director deportivo de la Ponferradina, José Sietes | Twitter Ponferradina

En una entrevista en Jotdown, José Sietes, director deportivo de la Deportiva Ponferradina, habla de su llegada al club y sus responsabilidades. «En primer lugar, hacer el equipo, es decir, fichar, hacer la plantilla», explica el asturiano, que recuerda que «este año se firmaron veintidós jugadores; menos Yuri, prácticamente una plantilla nueva», explica el secretario técnico, que añade que «hubo que sacar a doce jugadores también».

«Ahora, pues seguir el mercado, ver un poco lo que es el mercado, conocerlo, ver qué necesitas, qué puedes fichar, qué jugadores dieron el nivel, qué jugadores no lo dieron», prosigue Sietes, que tiene responsabilidades con los jugadores: «También tienes que estar encima de ellos, y más de los que no juegan, para que no se caigan, para que sigan esforzándose, para que cuando entren en el campo rindan».

«Con el consejero delegado, Eduardo [Domínguez], tengo una relación espectacular; me ayuda muchísimo a solucionar problemas cotidianos», explica Sietes, que reconoce errores: «Traerás a jugadores que no serán buenos; con alguno te vas a equivocar. Pero para mí lo más difícil es el día a día», matiza el secretario técnico blanquiazul, que tiene claro que «en un equipo de fútbol hay muchos egos, hay muchas cosas, y no es fácil, porque cada uno es diferente».

Ponferradina Lugo
Foto del partido entre la Ponferradina - Lugo

 

Sobre ese proceso de fichajes, reconoce que esta temporada es más complicado porque «este año no tenemos ojeadores. Lo hemos hecho entre el míster y yo, con Eduardo ocupándose del tema económico; él de fútbol no opina», razona Sietes, que añade que lo acuerda todo con su cuerpo técnico y que viaja los fines de semana para ver partidos en el norte de España. «Aquí, con el vídeo, tengo para ver partidos de prácticamente todo el mundo», expone.

Por otro lado, asegura que en su puesto tienes que trabajar mucho. «Tienes que estar actualizándote continuamente, porque el jugador cambia de un año a otro una barbaridad; parece otro», explica Sietes, que no se ve como entrenador: «Estar al mando de tanta gente, de tantos chavales, tanta… No. Qué va. No me veo. Ni me veo capacitado, ni me ilusiona, la verdad», recalca.

En lo personal, habla de cómo pasó a llamarse, la localidad donde creció, no donde nació, ya que, más allá de ver la luz en el hospital de Oviedo, sus padres vivían en Anayo. También vivió en Rales, su lugar favorito. «Lo que me llama a mí es Rales», asegura el técnico, que aclara que «si tuviera que vivir en Sietes, viviría encantado; y en Anayo, donde tenemos la casa de mi abuela —que ya no está habitable—, lo mismo», remacha.

Gran amor a lo rural expresa. «A mí lo rural me tira muchísimo», recalca Sietes, que reconoce que quizá no supo asimilar, como le dice un conocido de Gijón, su etapa en Valencia: «Le digo: mira, lo que yo tengo con Rales no te lo voy a poder explicar, pero es un sentimiento que está ahí dentro», explica el secretario técnico blanquiazul, que llegó por ello a rechazar una oferta del fútbol griego.

En Ponferrada, por el contrario, asegura Sietes estar «a gusto. Cuando vengo, me cuesta arrancar, venir para acá, me da una morriña de la Virgen», aclara el secretario técnico deportivista, que explica que tiene que no le perjudica mentalmente como en su etapa como futbolista: «Me levanto aquí a las siete y estoy como… bien. No tengo esa necesidad de decir: buah, a ver cuándo vengo a Rales», puntualiza.

La Ponferradina examina sus opciones de ascenso frente al Lugo | Foto: Twitter Ponferradina
La Ponferradina entrenando | Foto: Twitter Ponferradina

 

De sus inicios en el fútbol recuerda que fue casualidad, estando en Sietes. «La verdad es que fue algo inaudito, porque en mi casa nunca se jugó al fútbol», explica el director deportivo de la Deportiva, que se pasó al «futbito.Yo tenía un problema, que era el subir y bajar de Rales», recuerda Sietes, agradecido por el esfuerzo de todos para que formara parte de ese equipo. «Aquel año quedamos campeones de Asturias», rememora.

Desde ahí pasó a estudiar en la Laboral de Gijón, donde pasó un año «malísimo». No quiso seguir estudiando y se puso a trabajar, aunque seguía en el Gijón, donde continuó hasta juveniles y donde le llegaron a decir que no valía para jugar. Pasó en esa categoría al Lealtad de Villaviciosa, con el que debuta en Tercera División, y después al Oviedo. «Para trabajar ya tendrás tiempo en esta vida, hombre. Tú aprovecha», le dijeron entonces.

De esa etapa recuerda con cariño al entrenador, Radomir Antić, que también estuvo en Real Madrid, Atlético y Barça, entre otros. «Él y Tensi; dos personas que ya no están aquí y de las que he sentido mucho su muerte», recapitula Sietes, que guarda buenos recuerdos porque «era una plantilla muy unida. Era un grupo muy humano, apostilla el asturiano, que recuerda que su debut con el filial fue precisamente contra la Deportiva.

Después firmó por el Valencia, una etapa complicada porque, recuerda, «no era como ahora, que la gente está más preparada. Desconocimiento es la palabra», resume Sietes que recuerda cómo les asignaron el siete. Allí vivió, recuerda, el paso de un club familiar. «Ves a jugadores que son internacionales casi todos, que tienen un currículum de la hostia y te sientes muy pequeñito», comenta Sietes, autocrítico: «No hice todo lo que tenía que hacer por jugar».

Tampoco fue fácil el año 1996, en el que, más allá de ser internacional sub-21, estuvo en los Juegos Olímpicos de Atlanta, aunque no lo vivió como tal. «No nos tocó jugar en Atlanta, sino en Orlando, así que no lo vivimos como una Olimpiada, sino como un torneo más», explica Sietes, que sufrió por poder descansar: «No tuve ni vacaciones. De aquella, podías con todo, jugabas lo que tenías que jugar, pero lo que me dolía era no irme a casa», lamenta.

Después pasó al Racing de Santander, una etapa que guarda con cariño: «Mira, yo ahora estoy en la Ponferradina, y para mí la Ponferradina lo es todo ahora mismo, pero mi segundo equipo es el Racing, y cuando esté en otro equipo seguirá siendo el segundo el Racing, porque a mí el Racing de Santander me marcó mucho. Sólo tengo palabras de agradecimiento para Santander: para la afición, para la ciudad, para el club, para todo», apostilla.

Alavés, Watford, Numancia, Alicantes y de nuevo el Lealtad son sus siguientes paradas antes de lograr un ascenso a Segunda B con el Avilés, donde acaba su carrera de manera poco traumática porque apenas le gustaba jugar: «Yo seguía porque me gustaba el vestuario, porque me lo pasaba bien con los compañeros». En su etapa británica, además, conoció al músico Elton John, propietario del Watford.