La tecnología en cuestión ha sido resultado de años de estudio por parte de un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard y consiste en reflejar la luz del sol fuera de la atmosfera de la tierra y, de esta forma, contribuir al enfriamiento progresivo de la tierra.
El proyecto que estará operativo a partir de este verano, se iniciará con el lanzamiento de un globo desde Suecia que tendrá que ascender hasta una altura de 12 millas (20 kilómetros aproximadamente) y desde allí, arrojar aerosoles de carbonato de calcio, esencialmente polvo de tiza, para comprobar si su liberación a la estratosfera permite desviar una parte de la energía del sol y aminorar las temperaturas en la Tierra.
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Experimento de Perturbación Estratosférica Controlada (SCoPEx) es el nombre que recibe este proyecto dirigido por el profesor de Harvard Frank Keutsch, quien, según declaraciones realizadas al diario británico The Guardian, confirmaba que 'el riesgo de no hacer una investigación sobre esto supera el riesgo de hacer esta investigación', ya que, este proyecto es una pieza clave para el desarrollo de futuras líneas de investigación que permitan comprender a los científicos los riesgos potenciales de la geoingeniería solar.
Frente a los defensores de este proyecto, han emergido en Suecia varios grupos de detractores próximos a movimientos ambientalistas que han criticado duramente el SCoPEx, ya que,a su juicio la liberación de partículas de carbonato de calcio a la atmósfera podría tener consecuencias negativas sobre la capa de ozono y, por tanto, contribuir al calentatamientode la estratosfera y alterar los diferentes ecosistemas de la Tierra.