Un año con el carril bici ‘pintado’, “ningún” accidente y alguna multa

El edil de Movilidad, Tino Morán, resalta la concienciación ciudadana para respetar este carril, aunque ya se han puesto multas por estacionar, pero avisa que hasta ahora “no hemos querido perjudicar”.

29 de Enero de 2013
Actualizado: 22 de Abril de 2019 a las 20:06
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CarrilBici (2)
CarrilBici (2)

El carril bici comenzó a implantarse en Ponferrada hacia el año 1999. El barrio de Compostilla era el elegido para empezar a incluir en la ciudad este servicio tan demandado por los ciclistas. El siguiente paso llegó con la urbanización del barrio de La Rosaleda, alrededor del 2002, y en la que se apostó de nuevo por la ampliación del carril bici para hacerlo extensible al resto de calles de Ponferrada. Fue entonces, cuando se realizaría por las avenidas de Galicia y Asturias, complementándose con un recorrido perimetral por la Ciudad Deportiva del Toralín y que en la actualidad, lo utilizan tanto patinadores como ciclistas.

Las últimas actuaciones en relación al carril bici fueron a finales de 2011, cuando se inauguraron los nuevos tramos (3 km) en la avenida de la Libertad entre la Glorieta de los Donantes de Sangre y la Glorieta del IES Virgen de la Encina, calle Lago La Baña desde la Glorieta IES Virgen de la Encina hasta el Intercambiador de autobuses y la calle Huertas del Sacramento (desde avenida de La Puebla hasta la Glorieta de Donantes de Sangre). En esta última zona, se redujeron las plazas de aparcamiento después de que se tuviera que cambiar el modo de aparcar y que antes era en batería pasando a tener que estacionar en paralelo a las aceras. Ahora se cumple un año desde que Huertas del Sacramento y avenida de la Libertad disponen de él.

Según cálculos del edil de Tráfico, Seguridad Ciudadana y Movilidad, alrededor de “un 6%” de la población utiliza diariamente los carriles bici, y eso que hace algunos años se ponía en marcha el servicio de alquiler de bicicletas. “La gente no está muy por la labor de andar en bici”. A su vez, cree que en este caso “no es una moda, sino que es una costumbre muy extendida y recomendable para el tráfico y el medioambiente, pero que aquí todavía no alcanzamos unas cotas muy altas”.

Multas y accidentes, saldo positivo

Respecto a los accidentes, Tino Morán afirma que no se ha producido “ninguno”, al menos del que él mismo tenga conocimiento, lo que supone una buena noticia “porque no ha requerido la presencia de la Policía”. Las sanciones por estacionar invadiendo el carril bici rondan los 90 euros, y en este caso, han sido pocas porque “no hemos querido perjudicarlo porque lleva poco tiempo establecido”.

Apoyo por parte de los ciudadanos

Desde el Ayuntamiento de Ponferrada, el edil de Tráfico y Seguridad Ciudadana, Tino Morán, considera como “positiva” la concienciación ciudadana desde su puesta en funcionamiento. No obstante, asegura que “todo es mejorable” y que “con la forma que tiene la ciudad, nosotros hacemos lo que se puede porque que no da muchas opciones a hacer otro tipo de cosas”. Además, insiste en que “para implantarlos en Ponferrada, sobre todo, en el casco más antiguo como La Puebla, el problema es que las calles son estrechas”. Afirma el concejal que durante las obras de remodelación de la avenida de Valdés, “me hubiera gustado hacerlo, pero no fue posible realizarlo”. Una de las opciones que se baraja, apunta Morán, “es hacer convivir la bici con los peatones y los coches mediante las ‘zonas 30’,”, es decir, aquellos puntos de la ciudad en los que la circulación está limitada a esa velocidad.
A pesar de que un informe remitido desde el propio consistorio al procurador del Común, informaba que en la ciudad no existían puntos negros en los carriles bici, el problema que afecta directamente a los ciclistas son las continuas desavenencias entre conductores y usuarios del carril bici, ya que ambos se ven obligados a utilizar, en muchos casos, el mismo vial para desplazarse por la ciudad. Este idéntico problema existe en la calle La Baña, donde es invadido por el carril que deben utilizar los coches para acceder a la rotonda del IESVE.

Así las cosas, la pretensión de Morán para los próximos años “es hacer la ciudad transitable para los ciclistas y sin peligro”.