Los datos que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE) este jueves radiografían una pirámide social envejecida y que, además, es incapaz de contener la renovación poblacional. Al cierre del 2020 el saldo vegetativo en en Ponferrada fue de (-)405 personas, 439 nacimientos en frente a los 844 fallecidos. Por lo que el número de fallecidos en Ponferrada ha duplicado casi al de nacimientos.
También en la provincia de León, la natalidad vuelve a caer y registra un 3,9% menos de nacimientos que el año anterior. En 2019 hubo 2.370 nacimientos en la provincia. Por el contrario, la mortalidad aumentó en la provincia leonesa un 24% en el primer año de la pandemia. Se alcanzaron un total de 7.634 defunciones.
En cuanto al Bierzo, la crisis demográfica continúa en aumento con 3 fallecimientos por cada nacido, durante el 2019 fueron 2,8 muertes por cada nacimiento. Su saldo vegetativo, en 2020 fue negativo en 1.232 personas, lo que supone la cifra más alta en los últimos años. En cuanto a los factores, al estancamiento de la natalidad (690 nacimientos en 2018, 601 en 2019 y 605 en 2020) se suman el aumento de los fallecidos por Covid y el envejecimiento de la población, recordamos que en el 2018 el número de fallecidos fue de 1.640, 1.659 en 2019 y 1.837 en 2020). Cabe destacar que el número de matrimonios tampoco dejan de bajar (364 en 2018, 327 en 2019 y tan sólo 224 en 2020).
Ponferrada es el municipio con más pérdidas demográficas, seguido por Bembibre con 104, Cacabelos con 69 y Fabero con 65. Molinaseca es el único municipio con saldo positivo en este 2020 entre fallecidos y nacimientos. Por otro lado, pueblos como Barjas, Borrenes, Candín, Oencia, Peranzanes, Torre y Vega de Valcarce continúan alimentando la despoblación, ya que en el año anterior no se ha notificado ningún nacimiento.