El presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, Francisco Marín, asistirá este próximo lunes 16 de octubre a la reunión de la Comisión de Desembalse que se celebrará en las oficinas del organismo de cuenca en el embalse de Bárcena. El encuentro de este órgano colegiado dependiente de la Confederación servirá para dar cuenta de lo tratado en las últimas reuniones de la Oficina Técnica de la Sequía, que en su última cita decidió declarar la alerta y establecer una serie de restricciones al regadío.
La declaración de alerta se produjo el pasado 2 de octubre, un hecho previsible dado el escaso índice de precipitaciones. Desde marzo se arrastraba la declaración de prealerta, que se extendió durante septiembre debido a las lluvias caídas a finales del mes de agosto. A día de viernes 13 de octubre el pantano de Bárcena está a un 27,35% de su capacidad. Es el peor año hidrológico desde 1982 con unos 600 litros por metro cuadrado; un 45% menos que la media histórica en el Bierzo y Laciana.
En el momento de declarar la alerta por sequía, Marín se refirió al área del Sil Superior, que aproximadamente coincide con los límites geográficos de la comarca del Bierzo, como una de las zonas “en peor estado” en el área. De hecho, las primeras restricciones se materializarán en la comarca berciana, que ya había visto cómo se quitaban las compuertas de playas fluviales como las de Villafranca del Bierzo y Molinaseca, donde por primera vez se suspendió la Fiesta del Agua.
En ese sentido, Marín avanzó que las dotaciones de regadío solicitadas por los agricultores del Canal Bajo del Bierzo se verán reducidas a una tercera parte, con el objetivo de “garantizar los usos prioritarios hasta final de año”. No obstante, el presidente del organismo de gestión del agua aseguró que “el agua para abastecimiento a poblaciones sigue garantizada”.