El 'registrador' Mariano Rajoy y su huella en Villafranca

24 de Junio de 2018
Actualizado: 28 de Octubre de 2018 a las 10:55
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'Me vuelvo a mi plaza de registrador y me olvido de la política`, fue el anuncio de Mariano Rajoy al ser 'botado' de la presidencia del Gobierno, para iniciar de paso la carrera por el relevo al frente de la dirección nacional del Partido Popular, en la que asegura que no interferirá desde su ubicación laboral en Santa Pola (Alicante)...
Muchos años antes, la historia de Mariano Rajoy empezó en Villafranca del Bierzo como registrador de la propiedad. Con 23 años, en su primera plaza siendo el más joven de España en ocupar este cargo público.


 

Autor: César Fernández Díez / InfoBierzo

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El día en que Mariano Rajoy Brey iba a tomar posesión de su primera plaza como registrador de la propiedad en Villafranca del Bierzo llegó tarde a su destino. Fueron los hermanos Luis y Enrique Núñez del Blanco, que ejercían como oficiales en el Registro, quienes tuvieron que ir a buscarlo después de que hubiera impactado con su coche contra una señal en Piedrafita del Cebreiro (Lugo). La factura llegó muchos años después a la villa del Burbia. Para entonces aquel muchacho que había logrado en 1979 y con apenas 23 años de edad ser el registrador más joven de España ya había iniciado una carrera política que le ha llevado a ser varias veces ministro y ahora presidente del Gobierno de la nación.

Rajoy no llegó aquel día a tiempo a la cita. Pero su trayectoria de apenas un par de años (hasta 1981) en el Registro de Villafranca del Bierzo le avala desde el punto de vista profesional. “En el trabajo era extraordinario. Tenía una gran formación. En el trato era un señor (…) y con una honradez a prueba de los más exigentes”, subraya Luis Núñez del Blanco, que fue además alcalde de Villafranca del Bierzo en dos etapas, primero entre 1975 y 1979 y después entre 1983 y 1987.

El modo de trabajo del hoy jefe del Ejecutivo no concuerda con el estereotipo que le presenta como un hombre que deja que los problemas se resuelvan por generación espontánea. Núñez del Blanco rompe este lugar común a la hora de calificar la actividad política de Rajoy con un argumento: “En el Registro, cuando hay un problema, los oficiales no deciden por su cuenta. Yo conocí a unos veinte registradores. Él es uno de los poquísimos que jamás tuvo un recurso contra sus calificaciones. Y eso sucede porque se estudian los temas y se resuelven”.

 

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“No era un hombre de calle”

La última parte de esta última explicación sí casa con el modo de vida que aquel joven registrador de la propiedad practicaba en Villafranca del Bierzo, donde eligió para vivir el Parador de Turismo, a escasos metros del trabajo. Y volvía a Pontevedra cada vez que podía. “No era un hombre de calle”, afirma Núñez del Blanco, que apenas en alguna ocasión le recuerda formando parte de la ‘patrulla’, una pandilla liderada por el escritor Antonio Pereira que se reunía de vez en cuando para tomar vinos en la Calle del Agua. “Alguna vez nos acompañó. Se tomaba un vino y no mucho más”, dice el entonces compañero de trabajo de Rajoy, de quien también recuerda que tenía una letra “un poco complicada”.

¿Se imaginaban entonces en el Registro de la Propiedad de Villafranca del Bierzo que aquel joven llegaría a ser presidente de España? “Ni muchísimo menos”, responde sin dudar el antiguo oficial del Registro y alcalde, que visitó varias veces a Rajoy en Pontevedra, la última todavía antes de acceder a La Moncloa, probablemente alguna boda en compañía de José Luis Yebra y Fernando Trigo Portela, otras dos personas conectadas con este círculo por sus vínculos con el Registro y con Villafranca.

La villa del Burbia se coló de algún modo en la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. El mandatario hizo aquel día en un acto un aparte con la periodista Consuelo Álvarez de Toledo, persona con raíces en Villafranca del Bierzo, a la que acudieron después sus colegas para tantear qué noticia le podría haber revelado el nuevo presidente. No hubo tal primicia. Rajoy simplemente la había separado del corrillo para preguntarle por Luis y Enrique, sus compañeros en el Registro de la Propiedad de Villafranca.

Luis y Enrique habían ido a buscarlo tras aquel accidente en Piedrafita, una minucia en comparación con otro que sufrió también en las carreteras gallegas. De este otro siniestro le quedaron secuelas en el rostro que decidió cubrir con su barba característica. De Villafranca marchó a Padrón (A Coruña) para estar más cerca de casa. Y su destino actual es Santa Pola (Alicante), plaza que dejó en excedencia para dedicarse a la política. Ahora ya no viaja en un pequeño turismo sino en coche oficial. Y en unas semanas se sabrá si repite mandato al frente del Gobierno de la nación.