La ‘mini-rotonda’ que se comienza a perfilar en las obras de la calle Camino de Santiago, en su cruce con la avenida de Valdés, ya ha empezado a causar desconcierto entre algunos ponferradinos que se preguntan si está bien planteada y tienen dudas sobre su capacidad para regular el tráfico, incluso sobre cómo circularán por ella los autobuses urbanos -por ahí pasan varias líneas del TUP-.
Esta es la solución planteada por las obras de remodelación de la vía incluidas en el Plan de Revitalización del Comercio para un cruce cuyo tráfico era regulado hasta ahora con un semáforo. Cualquier rotonda, como nudo viario, debe estar proyectada de tal manera que se alternen los flujos de vehículos de forma ágil y segura, algo que se complica cuando se va reduciendo su diámetro.
Según recoge un artículo de circulaseguro.com (una iniciativa de Michelín y Mapfre), «cuanto menor es el diámetro de una rotonda, más posibilidades existen de que se formen follones a su alrededor y en su interior». «Si colocamos una mini-rotonda en la confluencia de una vía con más tráfico que otra, apenas da tiempo a que se alternen los flujos de la circulación», opinan en esta publicación especializada.
Desde el Ayuntamiento de Ponferrada si han visto factible la colocación de esta glorieta dentro de la nueva organización del tráfico en el centro de la ciudad, aunque hace casi nueve años esa misma institución descartaba esa solución para la confluencia de esas dos populares calles. Y es que cuando se proyectó la reforma de la avenida de Valdés en 2010, los técnicos municipales rechazaron sustituir el cruce de semáforos por una rotonda porque espacialmente era «imposible».
«No nos gustan los semáforos, porque se han revelado siempre como un elemento menos funcional que la glorieta, pero en ese espacio no es posible desde el punto de vista técnico establecer otro sistema», explicó entonces el que fuera alcalde de Ponferrada, Carlos López Riesco.
Su funcionamiento podrá ser comprobado en unos días, ya que está previsto que la calle Camino de Santiago se reabra al tráfico a la largo de esta semana que entra, una vez se ultimen las obras y se coloque el mobiliario urbano después de más de cuatro meses -incluido el parón durante la campaña navideña-.
