Este domingo empieza el horario de verano: a las 2 serán las 3 y tendremos una hora menos de encierro

Durante la noche del sábado al domingo los relojes se adelantarán una hora, dando un pequeño 'salto al futuro'… A las 2.00 serán las 3.00

24 de Marzo de 2020
Actualizado: 29 de Marzo de 2020 a las 17:27
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reloj primavera 650
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Este domingo comienza el horario de verano, es decir, a las 2.00 serán las 3.00. Podría considerarse el cambio de hora más anómalo desde que se instauró esta metodología horaria, pues lo viviremos confinados en nuestras casas por el estado de alarma decretado para combatir la emergencia sanitaria del Covid-19. Si bien es cierto que lo más normal es que el momento de adelantar los relojes nos pille conciliando el sueño, no podremos celebrar la puesta de largo del nuevo horario alargando los paseos o el momento de disfrutar en una terraza. 

Pero, en cualquier caso, lo más probable es que disfrutar de más horas de luz del día ayude a subir los ánimos en tiempos de encierro. Así pues, en la madrugada de este sábado al domingo 29 de marzo, nuestros relojes se adelantarán 60 minutos dando un pequeño 'salto al futuro'. Eso sí, con el paso al nuevo horario también perdemos una hora de sueño, una alteración que afecta notablemente a gran parte de la población.

La historia del cambio de hora



En España, según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), este cambio horario permite un ahorro de 300 millones de euros, alrededor del 5% del consumo eléctrico. De esa cantidad, 90 millones corresponderían al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar, mientras que los 210 millones de euros restantes se ahorrarían en los edificios del sector servicios y en la industria.


El cambio de hora comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación.

Posteriormente, en 1981, se comenzó a aplicar como una directiva europea, que ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años. Desde la aprobación de la Novena Directiva, por el Parlamento Europeo y Consejo de la Unión, en enero de 2001, este cambio se aplica con carácter indefinido.

Dicha directiva establece con carácter permanente las fechas de inicio del periodo de la ‘Hora de Verano’ (en el que, como ahora, se adelanta el reloj una hora) y su finalización (cuando se retrasa el reloj una hora), produciéndose el último domingo del mes de marzo y el último domingo del mes de octubre, respectivamente.

En cualquier caso, en 2018 la Comisión Europea presentó una propuesta para poner fin a los cambios de hora durante 2019, pero todo aquello ha quedado en el olvido, pues pasan las estaciones y los españoles seguimos volviéndonos locos con relojes como el del coche o el horno, cuyo mecanismo a veces se nos resiste. Además, existen numerosos estudios que prueban que los 60 minutos de margen que supone el cambio de hora afectan a la población en el estado de ánimo, la calidad del sueño, el apetito y el rendimiento, hasta que nos habituamos al nuevo horario. Los defensores del cambio de hora abogan porque permite un mejor aprovechamiento de las horas de luz natural y una reducción en el consumo energético. Por el contrario, los detractores aseguran que el ahorro de energía no es tal, que el cambio tiene efectos perjudiciales en la salud o que se pierden 300 horas de luz al año.