El trabajo fotográfico del berciano está basado en personajes anónimos, silueteados, incluso indefinidos que transitan por las zonas urbanas y que acaban convirtiéndose en auténticos protagonistas a través de escenas potentes, llenas de vida y contenido.
Así, Vidal Manceñido observa y descubre espacios neutros e intercambiables, ubicaciones urbanas y arquitectónicas comunes que se repiten por todo el mundo, dejando atrás características singulares de la personalidad histórica, cultura, etnográfica o artística de un espacio.