En ese sentido, el Ejecutivo ve necesario tomar mayores medidas sobre el operativo semanal frente a incendios forestales en toda la Comunidad, si bien esta declaración es similar a otras de este invierno pasado, debidas a la persistente sequía y a las elevadas temperaturas.
Asimismo, la Junta de Castilla y León defendió su apuesta por un operativo flexible, que integra prevención y extinción, y cuyas dimensiones se adapten a las condiciones de riesgo existente en cada momento. La declaración de peligro medio va asociada a un operativo con más recursos humanos y medios materiales activos. Por eso, se asignan guardias de incendios a técnicos y agentes medioambientales para responder a la gestión del operativo desde los centros de mando, provinciales y autonómicos, y en el territorio y dirigir las medidas contra los incendios que puedan darse.
También se adapta el horario de trabajo de las cuadrillas y se establecen módulos de parada para compatibilizar su trabajo con la posible extinción. Además, se adelanta ligeramente el despliegue de alguno de los restantes medios: helicópteros, cuadrillas helitransportadas y maquinaria.
Finalmente, la Junta demandó a la población que extreme las precauciones en las actividades al aire libre y no emplee el fuego en las salidas propias del buen tiempo. Además, recordó que si se advierte el inicio de algún fuego, debe alertarse, a través del 112, y si se ve al responsable, ha de presentarse una denuncia, "dado que la lucha contra los incendios es una tarea de toda la sociedad".