La familia de un hombre de Noceda del Bierzo solicita la exhumación de una fosa en Cospedal de Babia

La exhumación ha sido solicitada por la familia de Luis Vega González, un joven de 18 años natural de Noceda del Bierzo que fue asesinado junto a por lo menos otro varón de Quintana de Fuseros, del municipio Berciano de Igüeña.

23 de Septiembre de 2021
Actualizado: 24 de Septiembre de 2021 a las 19:02
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La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) busca una fosa de al menos dos personas en la localidad leonesa de Cospedal de Babia. La exhumación ha sido solicitada por la familia de Luis Vega González, un joven de 18 años natural de Noceda del Bierzo que fue asesinado junto a por lo menos otro varón de Quintana de Fuseros, del municipio Berciano de Igüeña.

Los testimonios del pueblo de Cospedal de Babia recuerdan que en el fondo del Prado, conocido como “Entreríos”,  fueron asesinados y enterrados en una fosa común y posteriormente ese lugar de enterramiento fue marcado con unos cabeceros hechos de piedras.

Sin embargo, estos testimonios también hablan de que los dos hombres estaban en la época de las siega trabajando en la zona de San Emiliano y quizá trataran de acercarse al frente de Asturias a través de Puerto de Ventana. El acta de defunción confeccionada por la familia de Luis Vega González, data la fecha de su asesinato del 2 de septiembre de 1936. La hermana de Luis Genoveva, de casi 90 años, vive y la ARMH ha recogido una muestra de su ADN para cotejarlo con los restos que pudieran aparecer.

Los sobrinos de Luis Vega han estado acompañando al equipo del ARMH durante la primera jornada de trabajo. La ARMH tiene previsto trabajar en la búsqueda hasta el sábado y domingo. El espacio de búsqueda son unos 300 m², próximos a un riachuelo,  y no se descarta que las crecidas invernales pudieran haber afectado a la fosa común. La exhumación se está llevando a cabo en la comarca de Babia, donde la ARMH llevó a realizó una de sus primeras exhumaciones en el verano de 2002. En Piedrafita de Babia se organizó entonces un campo internacional de trabajo con voluntarios extranjeros de nueve nacionalidades y fue la primera exhumación en la que intervino un juzgado de primera instancia, el de Villablino, que abrió diligencias y llevó a cabo pruebas de ADN hechas por el Estado.