La Feria de las Rebajas de invierno en Ponferrada, que tradicionalmente se celebra en el Museo del Ferrocarril y suele acoger en torno a 20.000 personas, se emplazará este año en cada tienda del centro para adaptarse a las circunstancias de la pandemia de COVID-19. Los establecimientos asociados en Templarium celebrarán su tradicional Feria con agresivos y atractivos descuentos entre el 70% y el 80%, como remate final a la campaña de rebajas que comenzó en enero, a fin de agotar su stock para dar paso a las nuevas colecciones de primavera-verano. La cita comenzará el jueves 25 de febrero y se extenderá durante el viernes y sábado tanto por la mañana como por la tarde.
En esta ocasión, la Feria de las Rebajas servirá además como revulsivo para salvar una "campaña muy dura y una situación terrible" que padece el pequeño comercio local como consecuencia de la pandemia, tal y como expuso el presidente de la Asociación Templarium, Felipe Álvarez. En este sentido, la feria llega con una novedad para ayudar al sector de la hostelería, y es que por compras superiores a 20 euros se regalará una consumición en los bares asociados a Templarium. Los establecimientos adheridos a la asociación identificarán su participación en la Feria de las Rebajas con globos blancos a las puertas de las tiendas.
"Lo peor empieza ahora"
La Asociación Templarium advierte que "lo peor empieza ahora" tanto para los pequeños comercios como para la hostelería, pues hasta este momento han podido resistir gracias a ahorros o reducciones de alquileres. Sin embargo, ya rozan su límite de supervivencia y urgen la llegada de ayudas directas e inmediatas para evitar el cierre de muchos negocios.
La situación es "terrible" en palabras de los comerciantes. Y es que las medidas restrictivas -que tachan como "excesivas"-, tales como el cierre de la hostelería y el toque de queda, así como el temor general de la población al contagio, han perjudicado al comercio sobre todo local. "Es una cadena que nos involucra a todos", explica el presidente de Templarium. Señala en este sentido que "si la gente no tiene dónde tomar algo o salir a cenar, no les apetece comprarse ropa", porque "no hay ánimos". Además, es innegable que la hostelería revitaliza las calles y ello redunda en un impulso al comercio urbano.
En cuanto al cierre del centro comercial por orden de la Junta de Castilla y León, junto con el interior de la hostelería y los gimnasios, exponen los comerciantes que "no han notado gran mejoría" en sus locales, pues insisten en que las medidas del toque de queda y las restricciones a hostelería inclinan la balanza hacia el lado negativo.
En cualquier caso, desde Templarium avanzan que "está habiendo movimiento" en los locales cerrados del centro de la ciudad, pues "comercios que ahora están en el centro comercial valoran su traslado al centro de la ciudad", así como nuevas aperturas que se esperan próximamente a pie de calle.
