La periodista Mª Angeles Cebrones pregona el Cristo de Bembibre pasando página al sector minero para reivindicar un futuro alternativo en El Bierzo Alto

13 de Septiembre de 2018
Actualizado: 18 de Septiembre de 2018 a las 16:25
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La periodista María Ángeles Cebrones Alonso, marcó el inicio oficial de las fiestas del Cristo con un discurso que mira al futuro imaginando cómo será el Bembibre más allá del sector minero. La pregonera hizo un repaso por el Bembibre de los últimos años y su evolución; cómo se fue dotando de servicios básicos y en qué medida el carbón fue determinante para generar riqueza hasta que “dejó de ser interesante para quienes lo adquirían”.

Un cuento, cuya protagonista es una princesa que bien podría ser la pregonera, centra la esencia del pregón de estas fiestas del Cristo. Una princesa que no oculta su fascinación hacia quienes contribuyeron al desarrollo de Bembibre, a quienes denomina los “Señores de Bembibre”, en clara alusión a los alcaldes, aunque termina haciéndolo extensivo a quienes hacen aportaciones “para que nuestra querida Villa recupere el esplendor de épocas pasadas”.

El pregón refleja la evolución la localidad a la que años atrás llegaban gentes de “otros rincones del país e incluso de tierras extranjeras, muchos para quedarse, aumentando así el capital humano y cultural de la Villa”. Simultáneamente, los señores de Bembibre contribuían a la evolución y “en todos ellos la princesa fue descubriendo a un soñador”, con sueños diferentes y con ganas “por batirse para mejorar la vida de los ciudadanos”.

Cebrones citó la evolución de Bembibre, los centros educativos, la biblioteca, plaza de abastos, centro de salud, polígono industrial, el embellecimiento del casco antiguo, áreas deportivas, la Casa de las Culturas, el pabellón Bembibre Arena o, más reciente, una nueva estación de autobuses. Incluso la madre de la protagonista, referente en el Bembibre de las últimas décadas, tiene un hueco privilegiado en este discurso por su contribución a la creación de un museo y una residencia de ancianos.

Hasta que llegó el declive con la crisis del carbón, sin que ello implique que los sueños sean un obstáculo para remontar el vuelo. En una visión más realista con el carbón “que no cuenta ya con la llamada del futuro”, propone “ser capaces de dejar a un lado, y para siempre, los lamentos por lo que hemos perdido”. “Porque sólo con lamentos no avanzamos y no podemos, ni debemos, acomodarnos esperando a que nos solucionen las cosas desde fuera”.

Con la esperanza de que haya “más soñadores” capaces de idear proyectos, y que reciban el apoyo suficiente para ponerlos en práctica. En un Bembibre que tenga capacidad “para atraer constantes y numerosos visitantes”. Con un mensaje de confianza en el futuro para el resurgir del polígono y “más señores de Bembibre que pongan en marcha sus propios sueños, o que apoyen los de otros, porque nos es imposible alcanzarlos solos”.