El documento, recogido por Ical, revela que al cierre de diciembre había en Castilla y León 190.091 trabajadores autónomos, frente a los 192.682 de un año antes, lo que supone un descenso porcentual del 1,3%. Los mayores descensos relativos los sufrieron, en este sentido, Aragón y La Rioja, con un 1,6%.
Este mal comportamiento de la Comunidad contrasta con una evolución positiva del conjunto nacional, donde se cerró el ejercicio con 3.269.541 autónomos, un 0,1% más que un año atrás.
En este sentido, Andalucía, con un crecimiento del 1,7% y 8.984 nuevos autónomos y la Región de Murcia (1,3% y 1.286 nuevos autónomos) lideraron el crecimiento de autónomos, a las que hay que sumar Islas Baleares (0,2%), Comunidad Valenciana (0,5%), Madrid y Navarra, ambas con un crecimiento del 0,1% de sus cotizantes al RETA.
En relación a las provincias de la Comunidad, los datos indican que los autónomos bajaron en Zamora (16.420), un 2,1%; en León (35.953) y Salamanca (26.011), un 1,6%, en ambos casos; en Valladolid (35.506), un 1,4%; en Palencia (12.976), un 1,3%; en Burgos (27.146), un 1,2%; en Soria (7.779), un 0,7%; y en Ávila (14.120) y Segovia (14.180), un 0,6%.
El documento pone de relieve que 16 provincias sumaron autónomos frente a 34 además de Ceuta y Melilla que registraron pérdidas de trabajadores por cuenta propia. Las provincias andaluzas de Almería (2,2%), Cádiz (2,1%) y Málaga (2%) fueron las que lideraron el crecimiento de autónomos en el conjunto del año que acaba de finalizar. En el otro extremo, Huesca (menos 2,2%), Zamora y Cuenca (menos 2,1% en ambos casos) lideraron la pérdida de autónomos.
Las ocho provincias andaluzas sumaron autónomos en el conjunto de 2020 frente a las nueve provincias que conforman Castilla y León, en las que todas ellas perdieron cotizantes al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos. Aragón, Extremadura, Galicia y País Vasco fueron comunidades donde todas sus provincias registraron pérdidas de autónomos en 2020.