En ese sentido, la Red Estatal, de la que forma parte la Mesa del Castaño del Bierzo, reclamó que se ponga en marcha el plan de contingencia pendiente, con la financiación necesaria. “No puede permitirse el riesgo de arruinar a miles de familias y perder un hábitat que alberga una enorme riqueza desde el punto de vista entomológico y de biodiversidad en general”, señalaron los responsables del colectivo, que apuntaron que “España sigue lejos de garantizar la conservación del castaño”.
Al respecto, el encuentro sirvió para que prestigiosos investigadores y entomólogos de Italia, Francia y Portugal dieran por superada esta plaga. En las zonas afectadas, “el castaño se ha salvado y con ello todos los valores naturales, de paisaje y biodiversidad que con él van asociados”, destacaron los investigadores, que señalaron, no obstante, que aún quedará trabajo por hacer y que habrá que convivir con la plaga en los próximos años. “Italia llegó a perder casi toda la cosecha en años pasados, lo que pudo haber supuesto el fin del sector en el país transalpino, si no hubiese sido por la rápida y combinada respuesta del sector, investigadores y administraciones, que contribuyó a facilitar las sueltas de Torymus sinensis en los castañares afectados”, recalcaron.
En la misma línea, la Red solicitará que se considere al castaño como sector estratégico para las zonas de montaña deprimidas desde el punto de vista socioeconómico. “La castañicultura puede revertir esta situación, como ocurre en Italia, donde el castaño contribuye a vertebrar las economías de montaña”, subrayaron. Además, la asociación espera que se pongan en marcha las medidas previstas por el Grupo Operativo Saluscastanea para la conservación del castaño así como para la recuperación y puesta en valor de estos sistemas agroforestales.
Actualmente, el castaño ocupa una superficie superior a las 300.000 hectáreas en España. La recogida y comercialización de la castaña es una de las actividades que más beneficio genera en las zonas productoras, gracias a la venta del producto en fresco y a la industria transformadora dependiente. En ese sentido, los responsables de la Red recordaron que “la pérdida de producción de castaña puede representar a nivel nacional no solo una pérdida ambiental y paisajística irreparable sino también la pérdida de puestos de trabajo y de generación de rentas en el medio rural”.