Un fenómeno histórico en que se encuentra inmersa la Comarca del Bierzo, la involución industrial. Esta semana Naturgy -la antigua Fenosa con un nombre más 'de gancho'- ha tirado de dinamita para volar la icónica torre de refrigeración de la central térmica de Anllares. Y así ha saltado por los aires todo un legado social y económico para el Alto Sil.
Y lo han convertido casi en espectáculo, anunciando la hora de las voladuras y haciendo para las redes sociales vídeos sensacionales a cámara lenta y desde diversos planos. Incluso aéreos, como de aquel ojo de algún Dios que decide convertirnos cada vez más en ese paraíso perdido.
Y en el lado opuesto de la historia, esta semana las autoridades presentaban las restauraciones de los castillos del Sarracín y de Balboa, que se unen a los recuperados 'castillo viejo' de Ponferrada y el de Cornatel que hace poco reconstruía su casa 'colgada'.
El resumen gráfico parece marcar un camino de recursos derribados y recursos que concentran nuestros esfuerzos en El Bierzo, y así lo recoge con su visión más crítica nuestro dibujante de cabecera, Daniel Buitrón.
Mientras derribamos el patrimonio industrial embobados a golpe de vídeo -y como adaptación casi mental para el momento clave en esta involución industrial: los cartuchos bajo Compostilla II - recuperamos nuestras murallas feudales de una Edad Media que luce más 'moderna en la Comarca'. Son sin duda envidiables recursos turísticos, una apuesta por lo rural y por un sector terciario que pretenden convertir la referencia natural, paisajista y patrimonial del Bierzo, pero la pregunta es ¿SERÁ SUFICIENTE?