Micromachismos: frases machistas que quizás no sabías que lo eran

"Corres como una niña", "mujeres juntas, ni difuntas"... Estas son algunas de esas frases llenas de machismos. Te contamos más y por qué.

03 de Marzo de 2022
Actualizado: 23 de Marzo de 2022 a las 18:31
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Son muchas las frases, refranes o expresiones que vamos adquiriendo a través de transmisión generacional y usamos en nuestro día a día. En muchas ocasiones estas expresiones tienen conotaciones machistas, en mayor o menor grado. De la misma manera que las adquirimos sin apenas darnos cuenta, tampoco reparamos en analizar los machismos y lastres que acarrean.

Al usar estas frases incurrimos en comportamientos sexistas que se denominan “micromachismos”: son pequeños gestos sexistas o machistas, algunos de ellos muy sutiles, que ayudan a perpetuar roles de género, machismo, violencia suavizada contra las mujeres, hipersexualización…

Algunas de estas frases llenas de micromachismos:

"Peleas como niña"
Decir que un hombre hace algo como "vieja" o "niña" es machista porque en nuestra sociedad ser mujer sinónimo de ser “inferior” o algo ridiculizable. Aunque las mujeres y niñas han probado que pueden pelear, bailar o hacer deportes con éxito, a algunos niños y hombres se les enseña que hacer lo socialmente aceptado como “femenino” es menos, pero no.

 

“Mujeres juntas, ni difuntas”
El refrán es la vieja forma de decir que “el peor enemigo de una mujer, es otra mujer”. Si de por sí el mundo es un lugar competitivo, para las mujeres lo es más y desde niñas a muchas les enseñan que, para avanzar en la vida hay que descalificar a otras. Cuando las mujeres descubren que pueden ayudarse mutuamente se construye una alianza llamada sororidad, que es solidarizarse con otra mujer solo por ser mujeres para dejar de traicionar a la otra.

 

"Detrás de un gran hombre, hay una gran mujer"
Este micromachismo disfrazado de halago en realidad pretende minimizar el enorme trabajo que algunas mujeres realizan sin reconocimiento ni remuneración para que un hombre tenga éxito. A veces es construirle una carrera a costa de los sacrificios que ella hace bajo la consigna de que el sacrificio es amor y “el amor no tiene precio”.

 

"La suerte de la fea, la bonita la desea"
Esta es muy parecida a la de las “mujeres juntas ni difuntas” porque de nuevo, las rivaliza y las cataloga por su cumplimiento de los estándares de belleza.

 

“Qué suerte, tu marido te ayuda en casa”
No, el hombre no debe “ayudar” en casa: él, como otro habitante del hogar, es responsable de la mitad de las tareas, o, en su defecto, de las que se pacten entre los miembros de la pareja.