El cometa C/2025 A6, conocido como Lemmon, ha captado la atención de astrónomos y aficionados debido a su notable incremento en luminosidad que ha hecho que sea visible desde el cielo de Ponferrada. Se espera que durante el mes de octubre de 2025, cuando se aproxime a nuestro planeta y su brillo sea más intenso, sea posible observarlo sin necesidad de telescopios o binoculares.
El astrofotógrafo y miembro de la Asociación Astronómica del Bierzo, Fran Cerdán, ha cedido la foto que él mismo ha captado del cometa Lemmon desde la Comarca durante el amanecer, sobre las 5 de la mañana, que es cuando puede verse este fenómeno.
Pero no es el único, y es que hay otro cometa que también es visible en estas fechas: se trata del C/2025 R2 SWAN, que al contrario que Lemmon, se ve al anochecer. Tanto Lemmom como SWAN han nacido en los límites del sistema solar, en la Nube de Oort, más allá de Plutón. Se trata de una región esférica repleta de cuerpos helados que orbitan el Sol a distancias muy lejanas. Allí han permanecido congelados durante miles de millones de años, pero una perturbación gravitatoria no identificada los ha empujado hacia el interior del sistema solar.
Ello ha provocado que se acerquen a nuestros cielos, y podremos verlos a simple vista. El cometa SWAN alcanzará su punto más cercano el 20 de octubre: pasará a unos 38,6 millones de kilómetros de la Tierra. Al día siguiente lo hará Lemmon, que se acercará a cerca de 88,5 millones de kilómetros de nuestro planeta en su 'vuelta' al rededor del sol.
Este tipo de cometas que alcanzan un brillo tan intenso son eventos poco frecuentes. En promedio, solo uno o dos cometas cada década logran ser visibles a simple vista. Según las estimaciones actuales, Lemmon podría alcanzar una magnitud aparente cercana a +3, nivel comparable al brillo de algunas estrellas prominentes que adornan el firmamento nocturno.
La proximidad del cometa Lemmon representa una oportunidad única para la observación desde la Tierra y es un fenómeno astronómico que no volverá a repetirse en varios siglos. Por ello, tanto expertos como entusiastas del espacio están atentos a su evolución para disfrutar este raro espectáculo natural.
Además, la cola de los cometas es lo que conocemos como estrellas fugaces. Las estrellas fugaces son en realidad pequeños fragmentos de roca, polvo o hielo, llamados meteoroides, que se desintegran al entrar en la atmósfera de la Tierra a alta velocidad, produciendo un destello luminoso. Estos fragmentos suelen provenir de cometas, que dejan un rastro de escombros a lo largo de su órbita. Cuando la Tierra cruza una de estas órbitas, se produce una lluvia de meteoros, también conocida como lluvia de estrellas.
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