Triana sí contestó al Fiscal: "Me negué a tener relaciones con ella y me perjudicó la vida (...) trate de convencer a mi madre para que no lo hiciera"

Triana exculpa a Raquel Gago (ex Policía): “No hubo plan. No entiendo cómo pueden decir que Raquel hacía seguimientos". Dijo desconocer los planes de su madre hasta que la llamó en el momento de hacerlo

20 de Enero de 2016
Actualizado: 25 de Enero de 2016 a las 09:14
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La madre de Triana, Montserrat González, observa a su hija mientras declara ante el juez La madre de Triana, Montserrat González, observa a su hija mientras declara ante el juez

El interrogatorio a Triana Martínez, una de las tres acusadas de la muerte de la expresidenta de la Diputación y del PP leonés, Isabel Carrasco, ocurrida en mayo de 2014, marcó  la segunda sesión del juicio con jurado popular que se celebra en la Audiencia Provincial de León. La joven respondió a las preguntas del fiscal y su abogado defensor y no lo hizo a las propuestas por las acusaciones.

Triana y su madre Montserrat llegaron a la sede judicial en furgón policial y la agente de la Policía Local, Raquel Gago, lo hizo a pie acompañada de su abogado, Fermín Guerrero, como ya ocurriera en la jornada del martes. Todas accedieron al inmueble minutos antes de las nueve de la mañana, hora a la que está marcada el inicio de las sesiones.

La joven ha comenzado hablando del día del asesinato, el 12 de mayo de 2014, y detalles de sus teléfonos móviles y llamadas,  que será una prueba clave de su conexión o no con Raquel Gago, su amiga, la agente de policía local que también declarará en la jornada de hoy. "Raquel vino a tomar té y quedamos para vernos sobre las 8 u 8 y media, después de su curso de restauración". El fiscal recordó que en su pimera declaración ella no había admitido la presencia de Raquel en su casa, "trató usted de ocultarlo".

Posteriormente, su madre Montserrat y ella cogieron el coche de la joven "porque íbamos a ir a Carrizo" a por ropa y "quería ir echando un vistazo en las tiendas poque el lunes era el cumpleaños de mamá". "Fui por la Inmaculada" a varias tiendas que menciona detalladamente "para ver escaparates", aseguró la hija, negando conocer en modo alguno que su madre portara ningún arma ese día, ni el revolver ni la navaja.


Respecto a los bolsos, uno de ellos el de Fornarina, que contenían esas armas, el fiscal le ha permitido verlos y tocarlos en la sala para reconocerlos, cosa que ha hecho. "Mi madre esperó hasta que terminé y mientras fue a caminar, no me dijo dónde iba", indicó. "Me había dicho en una ocasión (que iba a matar a Carrasco), después del verano, que buscara unas cosas, armas, que no podía aguantar más, pero yo no me esperaba eso, no lo valoré, lo hice pero a los pocos días hablé con ella y le dije que no podía hacer eso aunque lo hiciera por mí".


El fiscal se interesó por los seguimientos a la víctima, de los que la joven aseguró que no conocía respecto a su madre. Sobre las 17,16 llamó su madre a su iPhone, y "me dijo 'dónde estás, vete para el coche', la estoy viendo, la estoy viendo a Carrasco, hoy termina todo esto, ya verás, cruzo el ambulatorio y voy para el coche". "Y yo fui corriendo hacia el Ambulatorio, donde me dijo mi madre que iba a hacer una locura, quería hablar con ella, que no hiciera eso", añadió. "Me crucé con ella, vi que tiraba el bolso, pensé que tenía la pistola reglamentaria de mi padre en el bolso, la vi rota y me puse súper nerviosa". Momento en el que según su versión, ella recoge el bolso. "Pensé que había pasado algo malo". ¿Pensó que la había matado?, preguntó el fiscal. "Puede", aseguró Triana, tan lacónica como el resto de la declaración.


Y claro, como su versión previa desde la noche del asesinato fue diferente -que su madre le entregó el móvil en el pasadizo de Colón a Gran Vía-, Triana lo justificó como que se limitó a decir lo que les indicaron los policías provenientes de Burgos, "que nos engañaron, dijeron que dijéramos eso porque venían a ayudarnos".


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Exculpa a Raquel Gago


“No tenía ninguna necesidad de participar en los hechos. Nunca hablé con Raquel de armas”, aseguró.

También negó que existiera ningún plan preparado por las tres para acabar con la vida de Isabel Carrasco y que Gago nunca supo que Montserrat se había planteado cometer el crimen. “No hubo plan. No entiendo cómo pueden decir que Raquel hacía seguimientos. Raquel es buena, tímida, introvertida, maja”, manifestó.

Del día de hechos, en su huida, se produjo el encuentro casual, según Triana. "No miré el (interior del) bolso, me interesé por qué pasó con mi madre, su bolso lo meto en mi bolsa para llevarlo, fue instintivo, no iba a llevar dos bolsos", explicó, rechazando que fuera por ocultar el que había arrojado su madre, pero no quería "deshacerme de él". "Seguí caminando, no sabía donde estaba (mi madre), voy hacia Colón y veo a Raquel (Gago), que estaba con alguien, y la llamo por teléfono para ver si había visto pasar a mi madre", algo que hizo con el móvil prepago porque no pudo activar el iPhone por los nervios. "No pensé, estaba yo como para...". Admite que no la preguntó nada, la llamó "institivamente", aunque no hablaron en los 17 segundos que duró la llamada.

Aquel móvil Nokia clave, al igual que defendió ayer su propia madre, lo había adquirido porque su padre controlaba sus llamadas a una persona "con la que tenía una relación", por lo que convenció a un amigo de Carrizo para comprarlo, negando que lo usara en este caso porque no podía dejar rastro al no estar a su nombre. Curiosamente, se había llamado a sí misma horas antes del asesinato "porque no lo encontraba", algo que el fiscal cree que ocurrió para "asegurarse que funcionaba por si lo necesitaba" tras disparar su madre a Carrasco.

"Cuando llego donde está Raquel digo ¡hola!, creo que ni me oyen, y estaba muy interesante hablando una cosa, y como estaba ese chico no la pregunté dónde estaba mi madre; le pregunté si tenía el coche abierto, no esperé nada, miré que estaba abierto y lo dejé allí el bolso, se movieron un poco, pasé por detrás de ellos y les dije que iba a por fruta... Yo estaba que no sabía, estaba muy nerviosa porque pensé que a mi madre le había pasado algo". Así resumió Triana Martínez el encuentro vital con la tercera acusada del asesinato, la policía Raquel Gago, a quien le dejó el bolso con el arma que había acabado con la vida de la presidenta de la Diputación. "¡Ya lo siento hacer dejado eso!", acabó admitiendo, aunque "no tenía intención de meterla en ningún lío, pensaba volver al momento". ¿No habían quedado? "No, en, absoluto". Idéntica respuesta que cuando el fiscal le preguntó si el coche lo había dejado allí "preparado para huir" tras el asesinato.

Al regresara su vehículo, donde ya estaba su madre, comenzó el registro policial y posteriormente fueron separadas en dos comisarías. "Cuando pasó esto, al poco a mi madre la llevaron no sé a dónde; y a los 40 minutos o así me dicen que yo fuera a un coche de la Nacional, y me llevaron directamente a (la Comisaría) de San Andrés. Pero luego hubo registro en su casa, donde apareció un revólver marca Royal que "no sabía" que su madre tenía allí.

 

Su comienzo con Isabel Carrasco, de defensora al odio

Triana Martínez se somete a las preguntas de su propio abogado, José Ramón García, para explicar que "me apadrinaron" para entrar en el PP el entonces presidente de la Diputación, Javier García prieto, y el vicepresidente segundo, Cipriano Elías Martínez, así como "Maté, en gerente del PP, que ahora ha vuelto". Y sobre seis meses después de hablar con ella llegó su primer contrato en la institución provincial, en junio de 2007, tras "una bolsa de trabajo, que es lo que dicen 'vestir el santo'; para no aparentar quye te enchufo directamente, se aparenta que se entra por bolsa de trabajo y a los meses se da la plaza en propiedad, era común porque todo el mundo sabía de quién era ahijado en la Diputación, por el marido, por el alcalde...".


Un mes después de entrar Isabel Carrasco accedió a la Presidencia y "me advirtieron que cuidado con ella, que era muy mala; pero no fue así, me cogió cariño, estaba pendiente, estaba agusto conmigo, muchas veces me llamaba desde su teléfono móvil o sus secretarias, alguna no aguantaba estar con ella", recuerda, por lo que en aquellos tiempos ella la defendía. "No quería que delante de mi hablaran mal de ella, decían cosas que hacía que yo no me podía creer".


"No se movía ni un folio" sin Isabel Carrasco

Al convocarse su plaza en propiedad, "me piden que haya o el cuestionario y los nombres del tribunal que tú quieras, varias personas de confianza de Isabel Carrasco; en la Diputación no se movía ni un folio (sin que ella lo supiera)". Como cuando saltó el escándalo de los 40 auxiliares administrativos, con casi la mitad de ellos vinculados a cargos públicos del PP.

Pero llegó el momento del presunto acoso sexual, con la excusa de ponerle "una aplicación" en el ordenador personal de la presidenta. Tras un primer intento fallido de cita "se va de vacaciones a Tenerife" y al volver Carrasco "me llama de nuevo para quedar a las seis de la tarde" en su domicilio particular. En este asunto clave, el letrado le pide "todo lujo de detalles" de su casa, para demostrar ante las acusaciones que esa visita se produjo.

"Ella va a la cocina a preparar algo, habla de que tiene un buen embutido, me da una copa de vino, mientras lo hace en la cocina, pequeña, hay una meseta y un par de sillas. Sale, va al otro lado del pasillo, yo la sigo al salón (...).

El día que Carrasco "me entró"

"Yo me llevaba bien pero me hizo la vida imposible". Así se refirió por primera vez Triana Martínez a su ex jefa en la Diputación, negando haber hecho algunos seguimientos. "Mi madre salía a caminar mucho, íbamos al McDonads, por Eras a tomar vinos, pero yo no hice seguimiento a nadie, igual alguna vez coincidimos allí (en el domicilio de la presidenta).

"¿En qué le perjudicó?", le preguntó el fiscal. "En la vida". Por ejemplo, "la plaza la habían hecho para mi (en la Diputación), como no me quise acostar con ella, se encargó de que no sacara esa plaza, sino dárselo a una persona que ya tenía el puesto en Burgos y después la amortizó para que no pudiera volver a presentarme". Esto ocurrió tras la Navidad de 2010 pero no lo contó hasta meses después "por vergüenza, me sentía tan mal que sólo se lo pude contar a mi madre y después al psiquiatra, que me lo sacó, me costó contárselo". Recordó entonces que la presidenta "me dijo que ya había salido la plaza, que tenía mucho que ganar, se insinuó todo el reato, vino, me entró...".

Relación con Carrasco

“Isabel Carrasco me perjudicó... en la vida. Había creado esa plaza para mí pero como no me quise acostar con ella trató de poner un tribunal para que no la sacara yo, fuera para otra persona y luego la amortizó para que no pudiera volver a presentarme”, aseguró antes de hablar de la etapa en la que ambas mantenían una buena relación.

“Me pidió que fuera a instalarle una aplicación y entonces me dijo que ya había salido la plaza y que tenía mucho que ganar. Me besó. Se insinuó todo el rato, vino, me entró... Me daba vergüenza, me sentí tan mal que sólo se lo pude contar a mi madre, ni siquiera a mi padre. Y al psiquiatra. Me lo sacaron ellos. Y el abogado me echó una bronca cuando se enteró”, manifestó en referencia al supuesto episodio de acoso vivido en el piso de la política leonesa. Por otro lado, Triana negó que ella y Raquel hayan tenido una relación fuera de la amistad y reconoció que la agente “me apoyaba mucho, se preocupaba”.

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