Los devastadores incendios forestales que asolaron la provincia de León durante el pasado mes de agosto dejaron tras de sí decenas de municipios afectados y miles de personas obligadas a abandonar sus hogares con urgencia. Ante esta situación de emergencia, Cruz Roja desplegó un amplio dispositivo de intervención que permitió atender a más de 3.000 personas, muchas de ellas en situación de especial vulnerabilidad.
Según apuntan desde la organización "Se habilitó y gestionó más de 30 albergues temporales en diferentes localidades, con la instalación de 1.600 camas y la movilización de decenas de vehículos para garantizar la atención y traslado de los evacuados" Entre los municipios donde se actuó figuran Astorga, La Bañeza, Ponferrada, Villafranca del Bierzo, Palacios del Sil, Riaño, Fabero, Almanza, Boca de Huérgano, Puente Almuhey, Bembibre y La Magdalena, además de otros puntos donde fue necesaria la intervención.
“Sabemos que muchas personas se han visto obligadas a dejar atrás su hogar, sus recuerdos y parte de su vida. Nuestro objetivo fue que cada albergue fuera un espacio seguro, que cada cama representara calma y que cada gesto transmitiera cercanía y apoyo”, subrayaron desde Cruz Roja, agradeciendo la confianza depositada en la entidad por parte de la población afectada.
La organización recuerda que la emergencia no concluye con el fin de las llamas, y se compromete a seguir acompañando a los damnificados en la fase de recuperación. “La solidaridad sigue siendo uno de los pilares más firmes de nuestra sociedad”, señalaron desde la institución humanitaria, que mantiene activo su compromiso de apoyo desde el respeto, la empatía y la cercanía.
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