Razones por las que, por ahora, no está justificado aplicar la tercera dosis de vacunas

31 de Agosto de 2021
Actualizado: 23 de Febrero de 2022 a las 17:50
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Continúa la administración de la segunda dosis de la vacuna contra el covid
Continúa la administración de la segunda dosis de la vacuna contra el covid
 

La aplicación de la tercera dosis se ha convertido ya en una de las decisiones más controvertidas de la pandemia. Dilemas del 'primer mundo' porque los países de bajos ingresos no tienen ni dosis suficientes para administrar a sus ciudadanos el primer pinchazo de la solución contra la COVID-19.

En el mundo se han administrado ya 5.130 millones de dosis. El 33% de la población mundial ha recibido al menos un pinchazo y al día se administran 36,21 millones de vacunas. Aunque solo el 1,6% de las personas en países de bajos ingresos ha recibido una dosis, según los datos de Our World in Data de la Universidad de Oxford.

Hasta ahora, ninguna farmacéutica ha solicitado la autorización de emergencia de dosis de refuerzo para la población general a las agencias de medicamentos, incluyendo tanto a la Agencia Europea del Medicamento (EMA), como a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA). Sin embargo, Pfizer ha anunciado que espera completar su solicitud para una tercera dosis a finales de esta semana.

Al margen de las declaraciones a los medios por parte de farmacéuticas y políticos, es importante tener en cuenta las evidencias científicas y la opinión de instituciones sanitarias y de expertos. Por ahora, administrar terceras dosis a la población general no es una buena idea y te explicamos las razones que actualmente justifican quedarse a la espera de nuevos estudios que respalden la necesidad de suministrarlas.

 



 

1. No se ha autorizado por parte de ninguna Agencia del Medicamento una tercera dosis para la población general

La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) comunicó el pasado 25 de agosto que "aún no se ha determinado cuándo podría ser necesaria una dosis de refuerzo", ni tampoco "en qué poblaciones habría que centrarse" en caso de que se "confirmase la necesidad". Según explicaba un representante de la EMA, "aún se están revisando los datos emergentes –de las campañas de vacunación en marcha dentro y fuera de la Unión Europea– para hacer las recomendaciones que puedan ayudar" a los países europeos a tomar una decisión sobre la “necesidad” de la dosis de refuerzo y a quién dirigirlas.

 

2. Que los niveles de anticuerpos en sangre desciendan no implican desprotección inmunitaria

Es totalmente normal que los niveles circulantes de anticuerpos desciendan con el tiempo tras recibir una vacuna o pasar una enfermedad. Lo sorprendente sería lo contrario. Sin embargo, que los niveles de anticuerpos se reduzcan no implica en absoluto que la persona esté desprotegida frente al agente infeccioso.

Una persona puede tener perfectamente una protección inmunitaria fuerte con anticuerpos bajos o indetectables. De hecho, este fenómeno se está avalando a través de varios estudios: a pesar de que los anticuerpos generados tras la administración de las vacunas vayan descendiendo, la memoria inmunitaria persiste durante, como mínimo, seis meses.

 

3. No existen estudios que muestren desprotección frente a la COVID-19 en la población general vacunada

Sí que es cierto que personas muy ancianas o inmunodeprimidas pueden no responder de forma efectiva a la vacuna por un sistema inmunitario debilitado o incapaz de responder adecuadamente. Es en estos casos particulares donde una dosis adicional sí podría estar justificada para reforzar, hasta cierto punto, la respuesta inmunitaria. Por eso, la FDA ha autorizado una tercera dosis a inmunodeprimidos y es posible que la EMA lo haga también en un futuro próximo. No obstante, las características de estas personas son muy diferentes a la población general donde se sigue observando protección muy robusta frente a la COVID-19 grave.

 



 

Si empieza a observarse que el coronavirus escapa a la protección de las vacunas, habrá que valorar qué opción es mejor, si emplear terceras dosis o aplicar nuevas vacunas adaptadas a las variantes más predominantes en la pandemia. Por el momento, España aguarda la decisión de las agencias sanitarias para aplicar una tercera dosis en base a lo que recomiende la EMA. Lo que se tiene que decidir ahora es quién entra en este grupo y si este pinchazo de refuerzo se puede aplicar en un momento dado junto con la vacuna de la gripe, tal y como han apuntado ya Madrid, Castilla y León o la propia ministra de Sanidad, Carolina Darias.