El albergue ‘Ave Fénix’, de Villafranca del Bierzo, sede del X Encuentro Internacional de Artistas Visuales: hospitalidad, naturaleza y ruta jacobea

Las actividades se enmarcan, según explicó García-Inés a Ical, dentro del plan cultural ‘Por Amor al Camino’, que a través de La Maya Lab se lleva a cabo sin ánimo de lucro con el objetivo de preservar la esencia de la ruta jacobea

08 de Julio de 2022
Actualizado: 12 de Julio de 2022 a las 10:10
Encuentro Artistas en el albergue de Jato en Villafranca del Bierzo


Camino de Santiago, arte, hospitalidad, solidaridad, magia…, conceptos que pueden confluir en numerosos puntos de la ruta jacobea, pero posiblemente en ninguno como el albergue ‘Ave Fénix’, gestionado por el histórico Jesús Arias, ‘Jato’, en Villafranca del Bierzo. El impulso dado por Irene García-Inés, directora del Laboratorio Creativo La Maya Lab, ha permitido albergar un año más, y ya son cuatro, el Encuentro Internacional de Artistas Visuales, que culmina el domingo, con el objetivo de que varios artistas internacionales, en diferentes disciplinas, reflexionen con sus obras sobre el Camino, al mismo tiempo que se impulsa la expresión artística y creativa.

Tanto es así que la magia de Villafranca ya ha convertido a la localidad jacobea en un referente internacional de artistas. La proyección es a futuro, con la idea de que convertir una parte del albergue en una “minirresidencia de artistas”, con apartamento, talleres, con un artista al mes…

El Encuentro, que celebra su décima edición, ha pasado por Porto, Viana do Castelo y Comillas, y los últimos cuatro años se ha asentado en la población berciana, de la mano del galerista Javier Aguado. Ha contado en esta ocasión con reputados nombres como Luis Javier Gaya o Mónica Cerrada, que se suman a la lista que en otras ocasiones completaron Ernesto Ampudia o Carlos de Gredos.



Este encuentro ha sido la continuación de las IV Jornadas Culturales sobre el Camino de Santiago, que versaron sobre ‘El Camino como rito de paso’ y que tuvieron lugar el pasado fin de semana.

Las actividades se enmarcan, según explicó García-Inés a Ical, dentro del plan cultural ‘Por Amor al Camino’, que a través de La Maya Lab se lleva a cabo sin ánimo de lucro con el objetivo de preservar la esencia de la ruta jacobea.

La artista recuerda que fue en 2019 cuando ofreció celebrar los encuentros a Aguado en Villafranca. “Probamos, funcionó muy bien, con la buena química entre artistas y peregrinos. Y ya es el cuarto año”, sostiene la autora, quien destaca que se hace coincidir con las jornadas internacionales del Camino “para que los artistas asistan como público y reflexionen sobre problemáticas contemporáneas de la ruta jacobea en su obra”.



Este año cuenta con pintura, escultura, alfarería, fotografía, performance y vitrales. La idea de Javier Aguado es que los artistas, en un trabajo “habitualmente muy solitario”, “disfruten de un tiempo para convivir y trabajar juntos, algo que les enriquece”. “Se crea una unión muy especial, aumenta la creatividad, el disfrute, la variedad y se abren las miras”, sostuvo. Los artistas han confluido estos días con un encuentro también de hospitaleros en el propio albergue, llegados de varias nacionalidades.

El artista se enriquece

Uno de los artistas más reputados que pasa estos días en el Bierzo es el pintor, dibujante y grabador Luis Javier Gaya, que acude por segunda vez al encuentro. “Me gusta por el ambiente. Venimos a tomar notas, no a hacer una obra. Implicarnos con la pintura y tomar la referencia del Camino de Santiago en un punto muy representativo. Y sobre todo cuando pintamos vivimos con los peregrinos”, destaca a Ical.

Recuerda que ha realizado el Camino y que conoció a ‘Jato’ en 1988, en una ocasión en que acudió a pintar al cercano monasterio de Carracedo. “El Camino no se puede separar de las personas, de la cultura, de la arquitectura, donde las iglesias son pequeños museos. Y luego está la parte de leyendas”, esgrime. De hecho, señala que ya la propia casa de ‘Jato’ “parece un cuadro abstracto”: “Lo disfruto pintando”.



Gaya alaba este encuentro en el que se enriquece con tertulias, con aportaciones personales, pensamientos... y añade: “Siempre regreso del Camino con reflexiones a nivel personal, porque la convivencia es perfecta”.

A nivel artístico, admite que siempre se “lleva apuntes que te hacen memorizar el color”. “Cuando pintas varios días por la mañana acabas memorizando. Regreso a Madrid con el boceto y la fotografía y ya puedo trabajar un cuadro más pausado”, sostiene, mientras observa un espacio que califica de “sentimental”, un lugar “mágico en el Camino, nada impersonal”.

En la misma línea se explaya la pintora y escultora Mónica Cerrada, quien cree que el espacio “es ideal y te acogen amorosamente”, con un entorno “espectacular para trabajar y dedicarte a cualquier actividad creativa”. “En mi escultura me inspiran estas fachadas de un sitio muy tranquilo. Yo he venido a hacer un trabajo sobre naturaleza: ramas, flores en semiabstracto o con elementos que lo definan, junto al paso del tiempo”, justifica.



Profesora de Escultura en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, da clase de talla en madera y metal. Ya acudió al encuentro en 2015, en Porto, pero a pesar de la idílica imagen de la ciudad lusa, en Villafranca se encuentra, al lado del albergue, la famosa Puerta del Perdón: “Me he estado inspirando en ella, con el angelito y el dedo que señala. Dan ganas de hacer alguna interpretación de ello”.

También subraya que se “aprende de los demás”, como de Luis Javier Gaya, que “enseña su técnica y sus trucos”. Le encanta fijarse en los peregrinos cuando pasan, algo que “aprovecha” para su trabajo, “inspirado en el paisaje y las plantas de Villafranca, en este entorno maravilloso, que te permite trabajar tranquila, en un ambiente agradable, con gente que le gusta lo mismo”.



Irene García-Inés, coordinadora desde Lamaya Lab, toma la palabra para lanzar una crítica, pues no han recibido ningún tipo de apoyo para llevar a cabo este encuentro que provoca un “impacto económico” en la localidad. “Para Villafranca es todo un honor que gente de esta talla la visite. Duermen y comen aquí y hacen mucha vida en el pueblo. Hacen una difusión mediática que debería tenerse en cuenta”, relata, para clarificar que “no hay subvenciones”, más allá de un apoyo a última hora del Ayuntamiento, pero “sin respuesta a nivel autonómico”. “El artista hace el esfuerzo individual de venir. A ello se une la vena filantrópica de Javier Aguado, y el apoyo del albergue, que pone precios de peregrino”, concluye.