Apasionado del mundo del coleccionismo desde hace más de dos décadas, Ángel Arias es propietario, junto con su hermano Benito –el que primero comenzó-, de ‘Antigüedades Medio Mundo’, una tienda que abrió sus puertas en Ponferrada hace dos años pero cuyo origen está en unos almacenes al lado de la Estación de Tren y en la que a medida en que se va recorriendo, uno se pregunta qué no hay allí.
Entre retazos de recuerdos “de la época de los picapiedra”, como bromean los dueños de ‘Antigüedades Medio Mundo’ conviven cientos de artículos que han viajado de un lugar a otro a través de mano en mano hasta un tiempo en el que a veces no encuentran, por el paso de tantos días, el sentido ni la identidad para lo que en verdad fueron creados.
Desde cámaras de foto antiguas, relojes, radios, mesas, baúles (de ahí el nombre de la tienda), botellas, trajes, bicicletas antiguas, cajas de todo tipo, lámparas, cuadros, muebles del siglo XVI hasta principios del XX, máquinas calculadoras de los años ’40, periódicos y teléfonos empleados en la Guerra Civil, juguetes, calentadores de agua procedentes de Rusia “y muchas cosas más que ya no tengo”.
Es el caso de un maletín médico de ginecólogo que guarda sus accesorios intactos desde la década de los años ’40. O los trenes de coleccionista de la empresa de juguetes alemana ‘Marklin’ que fue fundada en 1859 y que “antes de la crisis costaban 300 y 400 euros”, asegura Ángel.
Una de las últimas adquisiciones es una máquina de coser que compró la semana pasada en Ferrol, y también una cítara de 1919 “venida de Alemania”. Frente a esto, varios ‘samovares’ rusos. “Son para tener agua caliente o para calentarla para hacer té”, explica Ángel.
También se puede encontrar un secador de pelo de los primeros que se crearon, marca EFBE, “es de la década de 1920, lo único que sé de él es que no era de España porque iba enchufado a 220v y de aquella, aquí no se utilizaba esa potencia”, confirma.
De entre los cientos y cientos de objetos que se almacenan en la tienda, lo que más le gusta a Ángel es una mesa y un arca, ambas del siglo XVI. “Una la compré en León y la otra en Villafranca hace cuatro días”, bromea, puesto que “por ética nunca se debe decir a quién compra ni dónde encuentra las cosas”.
El coleccionismo en la actualidad
La situación del coleccionismo en Ponferrada, al igual que en el resto del país, se ha visto afectada por la crisis y muchas personas que ahora atraviesan dificultades económicas llegan a la tienda para ofrecer sus artículos. Así, los amantes del coleccionismo, aprovechan la bajada de precios para adquirirlos. “Ha bajado todo. Con la crisis se compra y se vende más barato”, resume.
Sin embargo, como en la capital del Bierzo, según Arias, “no hay mucho coleccionista” trabajan con tiendas de fuera, “del Sur, del Norte…pero tampoco hay muchas en ningún sitio porque no hay demanda en ningún lado. Ni aquí ni allí”, reconoce, aunque debido al descenso en las adquisiciones de este tipo, dice que “al que le gustan las antigüedades, le gusta todo”.
A pesar de conseguir muchas cosas de valor, según quien las mire, Ángel señala que “hay muchas cosas que vendo que me dan pena, pero hay que comer, y todos los días. Es un estilo de vida que no es rentable pero es bonito”, y en su tienda de antigüedades seguirá, si la crisis se lo permite, como empezó, “de casualidad y por las radios antiguas, allá por los años ‘90”.
