El Ponfeblino cumple 100 años: en busca de reengancharse a las vías

El mítico tren minero bautizado como Ponfeblino cumple 100 años, mientras que su proyecto de futuro no ha hecho más que dar palos de ciego

23 de Julio de 2019
Actualizado: 23 de Septiembre de 2021 a las 20:00
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El tren Ponfeblino en Caboalles de Arriba, 1983 / Foto Didier Duforest (Wikipedia)

 

Hoy, 23 de julio de 2019, el mítico tren minero llamado Ponfeblino cumple 100 años. Aunque todas las minas estén cerradas, la comarca del Bierzo siempre será minera y, ante las lagunas en los planes de transición y revitalización de estas cuencas, nos aferramos a nuestra historia como recuerdo de todo lo que un día fue, y que incluso puede servir de "vía" a proyectos de futuro, como la puesta en valor del patrimonio minero.

Esta historia comienza en 1918, cuando el mundo se encontraba sumido en la Primera Guerra Mundial. El conflicto bélico provocó que España hiciera frente a un desabastecimiento energético que puso sobre la mesa la necesidad de potenciar los recursos carboníferos nacionales. Los propietarios de las minas de Villablino constataron la premura de disponer de un tren que uniese la capital del Bierzo con el valle de Laciana. El proyecto del Ferrocarril de Ponferrada a Villablino data del 22 de enero de 1918, rubricado por el ingeniero José María Alonso Areyzaga.

Al recibir la propuesta, el entonces ministro de Fomento, Francisco Cambó, convocó una reunión con los empresarios mineros con el objetivo de llevar a las Cortes un proyecto de Ley especial para agilizar los trámites de concesión del ferrocarril, dada la inminente necesidad de que se hiciera efectivo. Las cámaras y el Rey Alfonso XIII aprobaron la concesión, bajo la obligación de que el ferrocarril fuese construido en un periodo de 14 meses. También se marcó como ‘conditio sine qua non’ que el tren incluyese el servicio de transporte público para pasajeros.



El tren Ponfeblino en Villablino, años 80 / Foto de la colección de postales 'Vapor en negro' (www.elferrocarrildeluismi.wordpress.com)

 

Construcción en tiempo récord

El 25 de julio de 1918 comenzaron las obras, con un presupuesto inicial de 8.162.000 pesetas. En la construcción se emplearon 5.000 obreros que tuvieron que hacer frente a las dificultades orográficas del terreno. Como consecuencia, fue preciso excavar varios metros de túnel y construir numerosos puentes y muros de contención. La epidemia de gripe redujo la cifra de trabajadores a 1.200, pero ni siquiera esto supuso un obstáculo para cumplir los plazos fijados por el Gobierno. Se construían 600 metros diarios de vía y los edificios de las estaciones se edificaban a medida que el tren llegaba a ellas, trasladándose en el mismo los materiales precisos para avanzar con la construcción.

Durante el transcurso de las obras nació la Minero Suderúrgica de Ponferrada (MSP), constituida con el objetivo principal de hacerse cargo del proyecto del Ponfeblino y con un capital de 30.000.000 pesetas.

Finalmente, el ferrocarril se construyó en diez meses y medio, batiendo el récord de rapidez en la construcción de un tren en España. El Ponfeblino se inauguró con su apertura al tráfico el miércoles 23 de julio de 1919, un día histórico para El Bierzo y Laciana. Resulta sobrecogedor imaginar las vidas de todos aquellos hombres, mujeres y niños que estrenaron los vagones de un ferrocarril que 100 años después seguiría siendo historia viva de nuestra tierra.

La vida del Ponfeblino

Aunque el fin de la Guerra mejoró la escasez de recursos en el país, la línea del Ponfeblino siguió transportando carbones propios y de otras explotaciones mineras, así como pasajeros, mercancías en régimen de paquetería y correo. Desde el inicio existieron dos trenes de viajeros, aunque más adelante se añadirían otros dos. Por un lado, el ‘mixto’, que salía temprano de Villablino y llegaba a Ponferrada a las 09:00 horas. El trayecto a la inversa partía por la tarde con un horario que variaba según la época. Por otro lado, el ‘correo’, que iniciaba su camino desde la capital berciana a primera hora, mientras que el sentido contrario lo hacía a mediodía.

El tiempo pasó, la sociedad avanzó y, con ella, también lo hizo la industria. Los últimos días de esta máquina de hierro e historia fueron más bien un reclamo turístico por tratarse de uno de los últimos ferrocarriles que funcionó con máquinas de vapor en el continente. En el año 1979 desapareció el tren ‘mixto’ que transportaba viajeros y el 10 de mayo de 1980 el tren ‘correo’ hizo su último trayecto de Villablino a Ponferrada. A las 18:05 horas la estación de la capital berciana fue testigo del fin de la tracción de vapor en los servicios regulares de viajeros de Europa Occidental.

Paradójicamente, el futuro del Ponfeblino también está encarrilado hacia el turismo. Hoy en día, la mítica estación de Ponferrada se ha convertido en el Museo del Ferrocarril. Además, sigue sobre la mesa la propuesta de retomar su trayecto como atractivo cultural. No obstante, el proyecto no ha hecho más que dar palos de ciego sin que las vías de este tren vuelvan a sentir el peso de la historia del Bierzo sobre sus raíles.



Estado actual de la estación de tren de Cubillos del Sil / Foto César Sánchez (ICAL)

 

Un futuro que no termina de reengancharse a las vías

Los trámites para resolver la concesión del Ponfeblino, que ostentaba la empresa Coto Minero Cantábrico (CMC), heredera de la extinta Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP), se remontan al año 2016, cuando se iniciaron las negociaciones con el administrador concursal de CMC. A partir de ahí, los esfuerzos perseguían la liquidación de los bienes de la concesión, un proceso al que se destinó un millón de euros a favor de la Junta.

En 2017 se firmó el acta de entrega de la infraestructura a la Junta, pero los terrenos por los que transcurrían las vías no aparecían en el registro de la propiedad. En consecuencia, la Junta comenzó un proceso para reunificar las 500 parcelas implicadas, de modo que pasaron a ostentar la titularidad catastral.

En noviembre de 2018, la presidenta del Consorcio del Ponfeblino, Alicia García Teijón, anunció que el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, le dio “esperanza para recuperar en un breve espacio de tiempo el Ponfeblino como tren turístico”. Ocho meses más tarde, el Ponfeblino como tren turístico no parece llegar a su estación.

De hecho, la Junta de Castilla y León parece haber dado por perdidas la locomotora ALCO 1005 y los dos coches de viajeros de Ponfeblino, que no aparecieron durante el proceso de liquidación de la concesión de la línea ferroviaria Cubillos del Sil-Ponferrada.

El pasado mes de mayo de 2019, la Junta prometió que en el plazo de una semana determinarían el ente que se encargaría de gestionar los bienes asociados al Ponfeblino. A partir de este establecimiento, solo sería preciso un pequeño expediente de desafección de uso público. La premisa era que antes de este verano las empresas interesadas podrían acceder a los talleres de la infraestructura viaria en Villablino. Dos meses después de esta promesa, no hay noticias sobre el futuro del Ponfeblino.



Estado actual de la estación de tren de Cubillos del Sil / Foto César Sánchez (ICAL)