Florinda Voces y Pepe Fernández "El Chato”, naturales de Rimor y Toral de Merayo respectivamente, de los que canta la copla "llevan la fama de guapas las mocinas de Toral, llevan la fama de guapas, pero para bailar bien Rimor se lleva la gala... ".
Los pueblos se ubican en las laderas del monte Pajariel, después que los ríos Sil y Boeza se han unido para fortalecerse. Disfrutan de ribera y valle fértiles; regados por el río Oza que llega cargado del magnetismo espiritual de la Tebaida Berciana, con rumor de monacato silencioso.
Están rodeados de feraces huertos, viñedos y árboles frutales; presididos por almendros y cerezos, que en primavera decoran la naturaleza de aromáticos tones rosas y blancos y gozan de la presencia de alondras, tórtolas, ruiseñores y mirlos, que a modo de trovadores y juglares armonizan melódicamente el alba y el atardecer.
Al tatarabuelo Pepe, la caprichosa genética le doto de una nariz, a modo de “porretín”, causa del apodo “El Chato” y por añadidura de la familia de los chatos. En aquellos tiempos, cuando Ponferrada era, el barrio de San Andrés, la Plaza de la Encina y la Plaza del Ayuntamiento; todo el mundo tenía apodo, de tal suerte que si al nombre de pila no se adjuntaba el correspondiente apodo, las gentes no sabían de quien se estaba hablando.
Finalizando el siglo XX, los amores de Pepe y Florinda, dan a la luz y viven con sus hijos, Carmen, Teresa, Pura, Toña, Pepe, Ricardo, Manolo, Rubén, Abel y Pepina. La casa familiar, frisando el siglo de existencia, dotada de un hermoso y amplio huerto, resiste achacosa en la plazuela del Temple, teniendo de vecinos a la Basílica de Nuestra Señora de la Encina y el Castillo.
Cinco generaciones después, los chatos siguen reuniéndose para mantener vivos los lazos familiares; y como manda la tradición, rondar a la Virgen de la Encina, su virgen morena.
Textos Cedidos por Eladio Almarza
Ave María
Que Flores tiene un Almendro
Desde El Bierzo a la Gloria
