"Nos parece muy loable cualquier iniciativa que se tome para unificar el tratamiento del turismo que se genera en Las Médulas, siempre y cuando cuenten con el respaldo claro de todos los agentes institucionales y sociales implicados. Ahora bien, no debe perderse de vista el objetivo principal: dar a conocer la zona de forma clara y coherente de acuerdo con el proceso histórico evidenciado por la investigación", dice como punto de partida el arqueólogo en nombre del grupo de investigación EST-AP.
Sánchez-Palencia se remite a la primera señalización de itinerarios realizada a la vez que se editaban los folletos informativos de la zona arqueológica (1995) y la guía arqueológica (1996). "Hemos propuesto y defendido entender de esa forma el Paisaje Cultural de Las Médulas, como una huella auténtica y visible sobre el terreno de un proceso histórico. Y ese proceso histórico es de tal importancia que no se reduce a la zona, ni al Bierzo, ni al Noroeste de la Península Ibérica, sino que es significativo y relevante para toda la extensión del Imperio Romano. Por ello fue declarado Patrimonio Mundial. Y eso es lo que debe primar en la visita para conseguir un turismo de calidad y duradero", expone.
Así las cosas, sostiene que el director general de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, Enrique Sáiz, "yerra al hablar" de un Plan Director elaborado por el CSIC en 1998 al aclarar que data de 1996. "El Plan Director de Las Médulas (PDLM) lo hicimos, por encargo –en convocatoria competitiva- de la Junta de Castilla y León, conjuntamente con la Universidad de Valladolid en 2001", abunda.
Sánchez-Palencia recuerda el envío en mayo de 2016 de un informe de 13 páginas a la Dirección General de Patrimonio en el que se ofrecía "asesoramiento del equipo científico que llevó a cabo las excavaciones en el yacimiento, de modo que (...) se asegure el mejor conocimiento posible del registro arqueológico sobre el que se está actuando”.