Arranca la construcción de la bodega de 'J.Palacios' en Corullón diseñada por Moneo

El edificio ha sido diseñado por el reconocido arquitecto Rafael Moneo (Príncipe de Asturias 2012) y permitirá la crianza de sus mejores vinos en 'calados' excavados en roca a 15 metros de profundidad. Será uno de los referentes del enoturismo de la D.O Bierzo.

Fundador, CEO de InfoBierzo e InfoLeon
31 de Mayo de 2015
Actualizado: 10 de Septiembre de 2015 a las 11:55
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Maqueta de la bodega

El edificio ha sido diseñado por el reconocido arquitecto Rafael Moneo y permitirá la crianza de sus mejores vinos en 'calados' excavados en roca a 15 metros de profundidad. Será uno de los referentes del enoturismo de la D.O Bierzo.

Las obras han comenzado

Las obras para la construcción de la nueva bodega de Descendientes de J. Palacios en Corullón, diseñada por el reconocido arquitecto Rafael Moneo, arrancaron esta misma semana con los trabajos de excavación. “La semana pasada se hizo el replanteo y este martes ya se hizo el acta de inicio de obra para empezar a preparar la finca”, explicó el bodeguero Ricardo Pérez Palacios, que adelanta que está previsto que el edificio esté concluido en marzo de 2017.

Con una autorización previa, Descendientes de J. Palacios inicia los trabajos en el paraje de 'Chao do Val' (en las inmediaciones de la carretera local LE-5250 de Villafranca del Bierzo-Sobrado) a la espera de que llegue la licencia completa a mediados de junio. La excavación, que supondrá bajar unos 16 metros, está resultando complicada ante la presencia de mucha roca y se prolongará unos dos meses. Las obras han sido adjudicadas a la compañía navarra VPR, que contrata con empresas locales, contribuyendo al empleo en la zona.

“Queremos acabar esos trabajos y aprovechar el verano, para que la solera y esa parte estructural importante esté lista antes de las lluvias de septiembre”, explica. Así, el nuevo edificio permitirá a esta bodega berciana seguir creciendo y el enólogo avanza que su objetivo es ir aumentando la producción desde las 400.000 botellas actuales hasta alcanzar las 600.000 botellas en un plazo de cuatro o cinco años con las nuevas instalaciones que, en realidad, está dimensionadas pensando en una producción de unas 800.000 botellas.

Ricardo Pérez Palacios, junto a su tío Álvaro Palacios, llevan trabajando desde hace prácticamente dos años “codo con codo” con el arquitecto Rafael Moneo en el desarrollo y diseño de este proyecto. “Moneo nos ha dejado participar mucho en la definición de cómo iba a ser la bodega y cómo iba a ser organizada, contando con nuestros conocimientos bodegueros, para que se hiciera los mejor posible para elaborar y criar los vinos”, cuenta Pérez Palacios, que apostilla que “la verdad, ha sido muy paciente”.

Cuando pensaron en hacer la nueva bodega, tío y sobrino tenían claro que querían que fuera “diferente”. “Resulta que Moneo es de Tudela que, aunque es Navarra, está muy cerca de Alfaro (La Rioja), de donde somos nosotros, y mi tío Álvaro lo conocía por los toros y porque también tiene una bodega en Valladolid, le preguntó y aceptó”, cuenta Pérez Palacios, que señala que “está muy animado e implicado con el proyecto”. “Ha venido un par de veces a conocer la finca y le encanta la zona y el vino”, añade.

Un mirador del Bierzo vitivinícola

Este edificio pretende ser un gran mirador integrado en el terreno, serían visibles viñas estandarte de esta bodega, como Moncerbal, Las Lamas o La Faraona; además de todo el valle con Corullón y la Peña de Seo como otras referencias.

Así, dormirá el vino bajo 15 metros de profundidad que será necesario extraer en este alto, desde una planta de calle con tejado verde e integrado como parte de la naturaleza que le rodea. Desde ahí se vertebrarán tres bloques unidos por un pasillo subterráneo.

A 15 metros de profundidad

La nueva bodega será una “gran bodega” con más de 6.000 metros cuadrados pero, puntualiza el bodeguero, los más importante es que Descendientes de J. Palacios podrá criar su vino a unos 15 metros de profundidad, con la humedad propia de la roca en unos 'calados' excavados donde reposarán barricas, bocoyes, fudres y las botellas de Corullón, Las Lamas, Moncerbal y La Faraona. “Allí, la propia capa freática sirve para mantener la humedad y será una zona más adaptada a la forma artesanal de elaborar estos vinos, con los trasiegos tradicionales”, explica.

Por otro lado, habrá otra zona adaptada a la elaboración del Pétalos, ya que es el vino que tiene una mayor producción dentro de esta bodega berciana y que supera las 300.000 botellas. Y es que la prestigiosa revista The Wine Advocate, de Robert Parker, le da una nota de 93 puntos y lo destaca como un “vino prodigioso” que demuestra “que se puede hacer calidad y cantidad al mismo tiempo”. Para su experto catador en España, Luis Gutiérrez, se trata de un vino de entrada de gama, “asequible y producido en cantidades suficientes como para ser fácil de encontrar”, pero a la altura de otros caldos de tope de gama. No en vano, también fue elegido mejor vino calidad/ precio de España en las añadas 2012 y 2013.

Hormigón, piedra y pizarra

Aunque será un gran edificio, la nueva bodega estará totalmente integrada en el paisaje de Corullón, asegura Ricardo Pérez Palacios, que explica que será “una combinación de elementos sencillos”, donde habrá hormigón visto y piedra, con un tejado que tendrá una parte de cubierta vegetal y otra de pizarra. Así, los espacios se distribuirán en tres bloques, comunicados por un pasillo subterráneo y separados en superficie por patios que distinguen una zona agrícola, otra zona social con oficinas y una última destinada a la elaboración, embotellado y crianza del vino.

Ese espacio para la crianza de los caldos de la bodega irá en la planta inferior, donde se acondicionarán los 'calados' excavados en roca para los vinos de más alta gama. “Una buena parte del edificio no se va a ver, más de la mitad del edificio estará bajo tierra, estará integrado en la ladera”, apunta el bodeguero sobre el diseño del edificio, que seguro se convertirá en uno de los referentes arquitectónicos de la comarca.

Y es que Rafael Moneo, premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2012, es probablemente uno de los arquitectos contemporáneos españoles más reconocidos nacional e internacionalmente, con trabajos tan representativos como la estación de Atocha de Madrid y la ampliación del Museo del Prado, sin olvidar el auditorio del Kursaal en San Sebastián, junto a la desembocadura del río Urumea, que muestra ya una magnífica integración con la ciudad y el paisaje, o el diseño de edificios fuera de las fronteras españolas como la Catedral de los Ángeles (EEUU) y el Museo de Arte y Arquitectura de Estocolmo (Suecia).