Existen recetas tradicionales de la gastronomía española que son fantásticas pero que aún no han alcanzado mucha popularidad por no ser tan conocidas. Es evidente que las pizzas y las hamburguesas son la primera opción para comer rápido pero sin renunciar a la calidad del sabor; últimamente también se han sumado los tacos y podemos encontrar recetas verdaderamente atractivas sin tener que ir muy lejos para descubrirlas.
Es el caso de los tortos asturianos, que se están haciendo un hueco en las ofertas de restauración y cada vez tienen más protagonismo, al igual que le ocurrió al cachopo en su momento y ahora es universal en todas las cartas.
Los tortos podrían considerarse una versión de los conocidos tacos pero en este lado del charco, con base de masa de maíz y fritos en aceite de oliva, se pueden comer durante todo el año porque no hay ingrediente que no pueda ir encima de un torto: las mejores carnes, revueltos, pescados, mariscos y aliños son complementos perfectos que pueden hacer de una tabla variada de tortos el mejor entrante para un menú especial, para una buena mesa, o sencillamente como tentempié. Además, también se puede rellenar e incluso utilizarlo como recipiente para albergar un cóctel de langostinos y gambas por poner tan solo un ejemplo.
Un torto únicamente necesita harina de maíz, sal y agua. Un aplanamiento de las porciones y la cocción que se le quiera dar, finalmente se adapta como hemos dicho a cualquier tipo de relleno. Es por ello que la sencillez del torto es, sin ninguna duda, su mayor éxito.
Vivimos en una sociedad ávida de nuevas experiencias gastronómicas y el torto es otra opción más que podemos sumar a nuestra dieta para disfrutar de manera rápida pero sin renunciar al sabor.
