La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que es aconsejable un consumo mínimo de 400 gramos al día de frutas y verduras para prevenir enfermedades crónicas. Concretamente recomienda tomar cinco piezas de fruta al día, ya que su consumo es fundamental en una dieta sana y equilibrada. Advierten que cada año podrían salvarse 1,7 millones de vidas si se aumentara lo suficiente el consumo de frutas y verduras.
Con el comienzo del verano, el calor hace que las frutas se estropeen antes. Las altas temperaturas, la humedad y el calor acumulado en recipientes como el tupper con fruta cortada, hacen que los alimentos maduren y se oxiden con mayor rapidez. Perjudicando su aroma y textura en tiempo récord. A esto hay que sumarle que en esta época del año es cuando compramos mayores cantidades de fruta por el alto aporte en líquidos que proporcionan, sin embargo, no siempre se consumen tan rápido como creemos. Es por ello que conocer la forma de conservarlas para que aguanten más tiempo en el mejor estado es muy importante.
¿Quieres evitar que se estropee la comida y acabe en el cubo de la basura? Toma nota de estos sencillos trucos para mantener la fruta fresca de una vez por todas y disfrutar de todo su sabor este verano.
Comprar solo la fruta necesaria
Cada familia española tira a la basura un total de 13 kg de fruta y verduras al año, según la Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios (HISPACOOP). Por tanto, el primer paso para conservar estos alimentos en verano es evitar elegir aquellas piezas que ya se encuentran en un estado avanzado de maduración. Mantener la fruta a temperatura ambiente es lo más recomendable. Una vez que la fruta haya logrado su punto y no esté ni verde ni pasada, puedes introducirla en la nevera, eso sí en los cajones reservados para ella que por lo general son menos fríos. No obstante, la nevera no siempre es necesaria. Por ejemplo, las frutas tropicales como la papaya, el plátano o la piña están acostumbradas al calor con lo que es mejor conservarlas a temperatura ambiente.
Separar las piezas de frutas más maduras
Lo más indicado para que la fruta no se estropee en verano es guardar las piezas por separado, dejando espacio entre ellas y, sobre todo, sacarlas de las bolsas o los envoltorios. Esto se debe a que frutas como las manzanas o los plátanos, desprenden un tipo de gas conocido como etileno y puede influenciar al resto de la fruta acelerando su deterioro. Asimismo, los recipientes más recomendados para conservar la fruta son aquellos formados por fibras naturales, como las cestas de mimbre, que permiten la transpiración de la pieza.
Ahora bien, si llegas tarde y la fruta ya está demasiado madura, lo mejor que puedes hacer es aprovecharla para preparar un delicioso batido, ideal para combatir el calor y aprovechar todos los nutrientes. Solo tienes que cortarla en trozos e introducirla en el vaso de la batidora junto con un yogur y un chorro no leche. No hace falta añadir azúcar, con la de la propia fruta es suficiente. Luego solo te queda batir y listo.
También puedes hacer unos polos con ella. Tritura la fruta, introduce el zumo en moldes y al congelador. En pocas horas podrás saborear tu creación.
No guardar la fruta húmeda o cortada
Un hábito muy frecuente es lavar la fruta nada más comprarla y es algo que también se debe evitar porque al introducir fruta mojada o húmeda en el frigorífico también acelera su deterioro. También es muy corriente guardar el melón o la sandía ya cortados en trozos en la nevera. En estos casos, es preferible conservarlos en un tupper de cristal o de pirex con cierre hermético y si no te importa que cambie un poco el sabor, puedes rociarlas con un poco de zumo de limón para evitar que se oxiden.