La primera misión de defensa planetaria ha sido todo un éxito. Esta noche, cuando los relojes peninsulares españoles marcaban las 01:14 de la madrugada, una nave espacial del tamaño de un coche se ha estrellado contra un gigantesco asteroide más grande que el Coliseo de Roma. La espectacular colisión, retransmitida en directo ante millones de espectadores en todo el mundo, ha logrado desviar la trayectoria del meteorito. Es la primera vez que la humanidad logra cambiar el rumbo de un cuerpo celeste. También supone la primera prueba directa de una técnica que, algún día, podría utilizarse para evitar el impacto de un asteroide peligroso contra nuestro planeta.
Tras una década de investigación y desarrollo y casi un año viajando por el espacio, DART se ha ganado su lugar en los libros de historia. Según explican los responsables del proyecto, esta misión es un éxito sin precedentes para la defensa planetaria.
Las imágenes más espectaculares de esta misión tardarán unos días (o semanas en llegar). El estallido de DART ha sido grabado muy de cerca por LICIASat, un satélite del tamaño de un maletín desarrollado por la Agencia Espacial Italiana. Este instrumento grabó imágenes y vídeos del impacto.
Los telescopios espaciales Hubble y James Webb también han capturado este momento. Es la primera vez que estos dos grandes observatorios espaciales apuntan al mismo objeto celeste.
Tras una década de investigación y desarrollo y casi un año viajando por el espacio, DART se ha ganado su lugar en los libros de historia. Según explican los responsables del proyecto, esta misión es un éxito sin precedentes para la defensa planetaria.
Las imágenes más espectaculares de esta misión tardarán unos días (o semanas en llegar). El estallido de DART ha sido grabado muy de cerca por LICIASat, un satélite del tamaño de un maletín desarrollado por la Agencia Espacial Italiana. Este instrumento grabó imágenes y vídeos del impacto.
Los telescopios espaciales Hubble y James Webb también han capturado este momento. Es la primera vez que estos dos grandes observatorios espaciales apuntan al mismo objeto celeste.
