La otitis del nadador u otitis externa en verano es muy frecuente porque vamos a las piscinas, playas, y ríos para refrescarnos un poco ante tanto calor. El problema se produce cuando queda humedad/agua dentro de los conductos auditivos externos, y con el calor la microbiota (esas bacterias que normalmente tenemos en nuestra piel) prolifera, causando la infección. Las otitis también pueden deberse a hongos que contaminan el agua de las piscinas.
La infección produce inflamación de la piel del conducto auditivo afectado, dolor, picor y secreciones u otorrea. En un gran porcentaje de pacientes es necesario aspirar esas secreciones para que el tratamiento tópico pueda penetrar y hacer efecto.
Para tratar la otitis del nadador no suele ser necesario tomar antibióticos orales, a menos que la infección se extienda a los otros tejidos. Es decir, el tratamiento usualmente es con gotas tópicas. Sin embargo, hay pacientes que necesitan una vigilancia especial, como son los diabéticos u otros inmunocomprometidos, ya que por su condición de salud pueden sufrir complicaciones.
Por último, además del tratamiento medicamentoso es MANDATORIO evitar la entrada de agua, de lo contrario la otitis no curará.
Consejos para evitar una otitis externa este verano:
1- Mantén tus oídos secos después de salir de la playa, río o piscina. Asegúrate de secarlos con una esquinita de una toalla o con el aire frío de un secador de pelo. La humedad y el calor favorecen el crecimiento de bacterias y hongos, como te expliqué al principio.
2- Si eres propenso a sufrir otitis o tapones de cera asegúrate de hacerte una revisión con tu otorrino de confianza antes de irte de vacaciones.
3- NUNCA uses bastoncillos: puedes lesionarte el conducto auditivo y/o el tímpano, y hasta producirte una sordera permanente.