Sin embargo, el cierre de franquicias y de tiendas, sobre todo, en el interior de centros comerciales ha provocado que muchos clientes que se habían decantado por las compras online no puedan acudir a recoger sus pedidos. Una situación que disminuye las expectativas del consumidor y que constituye una fuente de reclamaciones para los establecimientos que cuentan con el servicio 'recoger en tienda' para pedidos realizados a través de internet.
Por ello, empresas como Zara, perteneciente al conglomerado de marcas de la empresa Inditex, ha decidido llegar a un acuerdo con la empresa polaca InPost para poner punto y final a esta situación y facilitar la recogida de pedidos a todos los clientes. El objetivo es ofrecer al cliente la recogida de su paquete a través de una amplia red de taquillas o consignas distribuidas por diferentes puntos de su ciudad. Un servicio que permite al cliente recoger su pedido cuándo él quiera y en la taquilla más próxima a su domicilio o lugar de trabajo, con el objetivo de ahorrarle esperaras y desplazamientos innecesarios.
Una solución a la que también se ha apuntado el gigante el e-commerce Amazon que ha firmado un acuerdo de 5 años con la empresa InPost por valor de 15.670 millones de euros. Un acuerdo que revalida la necesidad de aportar nuevas soluciones de entrega de pedidos a los clientes digitales y que ha resultado ser todo un éxito en su país de origen, donde ya cuenta con 12.000 cabinas repartidas por toda la región.
De esta forma y ante la ingente demanda de pedidos online, el coronavirus ha propiciado, en cierta manera, el anticipo del futuro sector logístico, tanto a nivel nacional como internacional, marcado por las fusiones entre empresas, la mayor penetración del comercio electrónico en los hogares, la apertura de almacenes próximos a las grandes ciudades y la proliferación de nuevas fórmulas de recogida y entrega de pedidos para los clientes online.