Fuentes del alto tribunal, indicaron que en mayo y junio se produjeron en la provincia leonesa 884 defunciones, de las que 52 fueron por el COVID-19 y 21 por causas compatibles con la pandemia, y 811 por otros motivos.
Respecto a los fallecimientos de 2019, se produjo un incremento del 1,5% por ciento, ya que hace un año durante los mismos meses murieron 870 personas. En relación a las defunciones de 2018, experimentaron un incremento del 1,2 por ciento, ya que hace dos años en los mismos meses murieron 873 personas.
Asimismo, las muertes por COVID-19 y por causas compatibles con la pandemia en mayo y junio suman un total de 73 (61 en mayo y 12 en junio) de las 884 registradas en total (423 en mayo y 461 en junio). Los fallecimientos por causas sospechosas se refieren a aquellas en cuyas certificaciones médicas existen procesos patológicos que pueden haber sido causados por la pandemia.
En total en Castilla y León, durante los meses de mayo y junio se produjeron 4.178 defunciones, de las que 329 fueron por el COVID-19 y 174 por causas compatibles con la pandemia, y 3.675 por otros motivos.
El TSJ recordó que su presidente, José Luis Concepción, acordó el pasado 18 de junio, en ejercicio de las facultades de inspección que le corresponden, solicitar a los Juzgados de Registro Civil de Castilla y León los datos sobre fallecimientos certificados durante mayo y junio del presente año, así como los de 2018 y 2019.
Esta actuación se inscribe en el marco de las iniciativas derivadas del Protocolo del CGPJ para la prestación de los servicios judiciales durante la pandemia Covid-19, entre ellos los referentes a las actuaciones de Registro Civil y, especialmente por su trascendencia, los relativos a la inscripción de defunciones y a la expedición de las licencias de enterramiento.