Consideran así que el Real Decreto que ultima el Gobierno para impedir que en 2020 cierren las centrales alegando motivos de seguridad estratégica en generación eléctrica, y que puede establecer cauces para expropiar las centrales a las eléctricas que planean apagones como en el caso de Anllares y Compostilla, no tendría sentido si se mantienen para operar con carbón importado.
La concentración, que arrancó a las 8 horas de la mañana y se extendió hasta las 15 horas, contó con la asistencia de los representantes sindicales de ambas empresas. En el caso de HBG, remarcó Díez, los operarios ya han visto extinguidos sus contratos aunque cuentan con la garantía de la empresa para contratar a los mismos trabajadores si se reanudan los suministros a las térmicas.
“No queremos acabar como nuestros compañeros, no vamos a tolerar que nos pase lo mismo”, aseguró Díez, que recordó que sobre los 160 trabajadores de Uminsa también pende la amenaza de la extinción de contratos, lo que impediría a los empleados acceder a las prejubilaciones en caso de que estas rescisiones se produjeran antes de 2018. “La administración concursal dice que lleva desde junio sin ingresos y que, de seguir así, está abocada a la extinción de contratos”, resumió el presidente del comité de empresa.
En ese sentido, Díez consideró que “la solución pasa irrenunciablemente por reanudar los suministros de carbón nacional” y exigió que las eléctricas vuelvan a comprar un carbón “más competitivo que el extranjero”, remarcó. La protesta minera ante las puertas de la central térmica se repetirá en la jornada de mañana como antesala a la movilización del sector convocada por los sindicatos de cara al martes de la semana que viene en las calles de Ponferrada.