A la estatua del barquillero en la Plaza del Ayuntamiento de Ponferrada ya le acompaña una placa identificativa con el nombre del protagonista, José "Pepe" Cortés. En el acto han participado miembros de la familia, y los más pequeños, los bisnietos de Pepe, han protagonizado uno de los momentos más emotivos repartiendo barquillos a los allí presentes, como si de su bisabuelo se tratase
La estatua de Pepe, José Cortés Cortés, "El Barquillero" cuenta desde este martes con una placa identificativa, en la que turistas y bercianos que pasen por la plaza del Ayuntamiento de Ponferrada podrán conocer el nombre de la escultura y el autor que la realizó, en este caso ha sido Óscar Alvariño, inaugurada en el año 2001. Además, en el acto han participado miembro de la familia de este gran personaje de la ciudad y de la Comarca, sus hijos Lolo Cortés, el mayor, y Antonio Cortés, el pequeño, sus nietas, y bisnietos, quienes han protagonizado uno de los momentos más emotivos de la celebración.
Pepe fue una de las figuras más típicas de las décadas de la segunda mitad del siglo XX de Ponferrada. Procedente de Galicia, concretamente de Parada del Sil (Ourense), recorría fiestas, verbenas y eventos de la Comarca del Bierzo, siempre con su barquillera y cesta. “Era un imán con los niños y con los no tan niños”, recuerda un ciudadano de Ponferrada, que vivió ‘los años de barquillo’ de Cortés.
Durante el acto, en el que se ha descubierto la placa, han participado familiares y amigos del protagonista, Pepe. La familia, con su nieta Natalia como portavoz, ha dado las gracias al Ayuntamiento y ha recordado la figura del barquillero, "su gran corazón y la pasión por su oficio". Entre las anécdotas que ha mencionado, está una que recuerdan muchos bercianos, como explicaban también sus hijos. "El repartía barquillos, si tenías dinero bien, pero si no tenías te lo daba igual. Así era él", decía emocionado Antonio Cortés.
Los más pequeños de la familia, tomaron por un día el relevo de su bisabuelo y, como si en la sangre lo llevasen, repartieron barquillos a sus otros familiares, integrantes de la corporación municipal, vecinos, amigos, periodistas, alumnos del Instituto Gil y Carrasco que salían al recreo...
"No están igual de ricos, pero porque claro, los de Pepe eran otra cosa", decían algunos en la plaza del Ayuntamiento. Entre risas, los familiares reconocían la verdad de estas palabras y recordaban los años en los que ayudaban a Pepe a hacer sus riquísimos barquillos. "Nosotros le ayudábamos, pero amasar, sólo amasaba él, que tenía un callo ya hecho", decía Antonio, "nosotros nos quemábamos", le interrumpía su hermano Lolo.
"Nos sentimos orgullosos de que todos los bercianos, niños o mayores, que han vivido en Ponferrada y alrededores, lo recuerdan con cariño", decía Natalia, la nieta y portavoz de la familia durante el acto.