La directora del colegio Santa Bárbara de Bembibre, Esther Márquez, se ha pronunciado sobre la polémica por la falta de conserje en el centro educativo. Lo ha hecho recordando la diferencia de trato respecto al otro colegio de educación primaria que cuenta con un conserje que sufraga el Ayuntamiento con personal propio en lugar de personal eventual.
“Los dos somos colegios públicos y no puede haber una diferencia entre unos y otros”, dijo la directora que, si bien comprende que sea necesario recurrir a las vías de subvención para la contratación de un conserje, advierte de la diferencia de trato respecto al otro colegio de Bembibre. “Me parece perfecto que pongan a una persona por subvención, pero siempre nos toca a nosotros cuando en el Menéndez Pidal hay una conserje que es personal municipal; somos nosotros quienes siempre estamos a la espera de que haya subvención”.
Se refirió a las declaraciones de la alcaldesa en la sesión plenaria del pasado martes, donde expresó su malestar por las formas que empleó el colegio denunciando la situación en sus redes sociales en lugar de hablarlo en el Ayuntamiento, Márquez aseguró que ya comunicó estos hechos a través de la sede electrónica con anterioridad a la finalización del contrato de la última conserje.
Coincide en la respuesta que dio Silvia Cao en el Pleno cuando explicó que el Ayuntamiento “no tenía la obligación de poner conserje, pero que lo intentaría a la menor brevedad”. Sin embargo, cuando pasaron veinte días sin respuesta, añadió, recurrió a esa publicación para informar a las familias de lo sucedido.
Ha lamentado que este año la solución se demore, pero que el pasado año llegó antes con personal de la Casa de las Culturas, lo que encuadró en el periodo electoral.
Sobre la obligación o no del Ayuntamiento de contar con un conserje en el colegio, aseguró que habló con la dirección provincial de Educación “y me dijeron que las dependencias de Primaria están subrogadas a los ayuntamientos por lo que esos servicios nos los tiene que dar el Ayuntamiento”.
Márquez puso en valor la figura de conserje por lo que aporta al centro y que, de lo contrario, obligaría a los docentes a interrumpir sus clases, algo que no siempre es posible. En este sentido, puso el ejemplo de “familias que tienen que llevar a los niños al médico y que los entreguemos tarde, o que no podamos abrir la puerta cuando los traen de nuevo al centro, y nos piden explicaciones por qué no abrimos”. Describió que, al final, “tengo que dejar mi teléfono personal para abrir la puerta.”
La directora concluyó que no quiere polémica y que el colegio sólo pide un servicio de conserje que, consideran, es “muy importante”.