Foto: Protección Civil de Ourense durante la búsqueda en la primera jornada de operativo / Twiter @OVoluntariadoOUEl cuarto día de búsqueda del futbolista David García Mitogo en las inmediaciones de la localidad ourensana de A Arnoia (Ourense) acabó sin noticias alentadoras que inviten al optimismo. Dos buzos del GEAS de la Guardia Civil estuvieron trabajando sumergidos bajo el puente que comunica Arnoia y Ribadavia y donde el río Avia confluye con el Miño. Pese a que los profesionales no volverán hasta el lunes, el operativo siguió buscando con un dispositivo compuesto por cuatro lanchas y una moto de agua, pero no encontraron nada en los ríos y riberas entre Cortegada y Ribadavia.
No hubo ninguna pista que invitara al optimismo para conocer el paradero de Mitogo, desaparecido desde la mañana del jueves. Después de que un vecino de Arnoia lo viera caminando a las 6.30 horas, el operativo de búsqueda comenzó a trabajar con la sospecha de que se hubiera tirado al río. Además, esa misma mañana, una hermana del jugador recibió un mensaje de audio, en el que le comunicaba una inquietante decisión. Se puso en contacto con la Guardia Civil, que comenzó la búsqueda, en la que participaron perros, un helicóptero, personal experto en emergencias y voluntarios, pero por ahora no ha habido suerte. El último rastro de Mitogo se halló en el puente en el que se focaliza su búsqueda Allí se encontró el jueves su teléfono móvil.
Allí llegaron sus familiares y amigos procedentes del Bierzo y, pese a la ayuda de un buzo profesional que complementa el trabajo de la Guardia Civil y aunque la empresa que gestiona el embalse de Castrelo de Miño cerró compuertas para que bajase el caudal del Miño, seguimos sin noticias. Además, la evidente preocupación ha dado paso a una tristeza cada vez mayor, pues sus familiares y los investigadores temen que, si como parece, se tiró al río, ya no estará con vida. Queda una pequeña esperanza de que hubiera tomado otro rumbo y todavía pueda aparecer con vida, pero los indicios, al no tener noticias alentadoras, por ahora apuntan a la opción más pesimista.
Y es que sus compañeros en el Atlético Arnoia también recibieron mensajes del jugador horas antes de su desaparición. Les agradecía haberse sentido feliz en el grupo. Sin embargo, nadie interpretó esos textos como algo preocupante, sino como algo habitual en un final de temporada. La gente cercana lo califica como una persona que se queja por todo y por eso no le dieron más importancia, pero la preocupación sí fue real cuando el futbolista, que había estado el miércoles en O Carballiño viendo un partido de Champions League con otro amigo futbolista, no se quedó en su casa como había previsto, fue visto de madrugada y dejó la puerta de su casa quedó abierta. Tras saber la Guardia Civil el alarmante mensaje enviado a su familiar, se inició la búsqueda.
