Asaja León y la Asociación Berciana de Agricultores (ABA) han denunciado este martes las trabas a las que se enfrentan agricultores, ganaderos y particulares a la hora de mantener el campo y el monte cuidado. Las reclamaciones llegan en plena oleada de incendios, que desde hace más de 10 días asolan la provincia.
Daniel Franco, presidente de ABA, aludía directamente al "falso ecologismo" como causa de los montes sin desbrozar y el exceso de vegetación en caminos y pueblos, combustible de los diversos incendios que se han cebado con el medio natural y con distintas localidades del Bierzo y León.
"Antaño se podía sacar madera de los montes, ahora ni hay gente ni te dan permisos, solo hay trabas", denunciaba Franco, que hacía alusión a las palabras de un vecino de Galicia afectado por los incendios: "Las ciudades no se queman porque hay gente, en los pueblos no".
Por ello lamentaba situaciones como la vivida la semana pasada en el incendio de Yeres, que calcinó por completo el Mirador de Orellán, desde donde se tiene una impresionante panorámica de Las Médulas. "¿Cómo puede ser que se quemase el mirador?, ¿estaba lleno de hierbas por debajo?", se preguntaba impotente el berciano, que aludía a la responsabilidad de las distintas administraciones competentes al respecto.
Además, a las trabas burocráticas y la conservación de espacios naturales, se suma la cuestión de la despoblación, y es que no es casualidad que muchas de las zonas del noroeste español más afectadas por los incendios forestales, sean también las más despobladas. El presidente de ABA hablaba, por ejemplo, de la situación de Lusio, en Oencia, donde las llamas redujeron a cenizas las pocas casas que había en este pequeño municipio. "Es una catástrofe, ahí ya no va a volver nadie, va a quedar abandonado", lamentaba.
Por su parte, el secretario general de Asaja León y Castilla y León, José Antonio Turrado, ha advertido de que la falta de gestión del monte y el abandono de terrenos es una de las características que han ampliado la gravedad de los incendios forestales que afectan a la provincia de León desde hace 11 días.
Turrado ha explicado a InfoBierzo | InfoLeón que en zonas como Picos de Europa, Fasgar y Villablino la ganadería es limitada, algo que impide aprovechar al máximo los recursos naturales que han sido azotados. “Donde antes se cultivaba o se segaba, ahora hay monte bajo y matorral mal atendido que da poca hierba y, cuando arde, provoca lo que hemos visto estos días”, una de las causas que ha provocado que el fuego se lleve por delante incluso poblaciones enteras.
Y es que tal y como ha recordado el secretario general, antiguamente no todo el territorio de los pueblos era monte, pero ahora hay pueblos que cuentan con “1.000 o 1.500 hectáreas de monte abandonado” en el que prima el minifundismo una situación que también hace muy difícil que la gente que queda en el pueblo pueda llevar a cabo acciones en parcelas que no son de su propiedad.
Aseguró que esta fragmentación de la propiedad en zonas de la montaña leonesa, “en las que no se ha llevado a cabo una concentración parcelaria”, cuentan con propietarios que ni siquiera residen en la provincia provocando que sea “muy difícil actuar, aunque estén abandonados”. Es por ello desde Asaja ya han reclamado una cierta legislación que obligue a mantener esas zonas cuidadas de forma que aunque no se aprovechen no sirvan de combustible para este tipo de incendios forestales.
A todo ello hay que sumarle innumerables trabas administrativas para llevar a cabo acciones en los montes, uno de los ejemplos son las tasas de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) que pueden alcanzar 200 o 300 euros “solo por ir a ver” si se autoriza o no la limpieza de las fincas. “Aunque los ganaderos quisieran actuar, se encuentran con obstáculos de todo tipo”, denunciaba. Algo con lo que el presidente de ABA coincidía, si bien aludía a la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, quien tampoco facilita el aprovechamiento de la madera de los cauces de los ríos.
Pese a que el trabajo de los ganaderos sí que podría servir en esta contención de los incendios, Turrado puso el foco en que ya no existe la misma cantidad de ganadería que existía antaño, pues en los pueblos en los que quedan dos ganaderos es muy difícil que ellos puedan aprovechar las zonas que de cuidarse podrían convertirse en pasto para el ganado.
Por último, destacó que el negocio con la biomasa también podría ser un buen aliado en la lucha contra los incendios, ya que si las empresas lo aprovechasen podrían limpiarse los montes de ese matorral y restos de poda que luego sirven de combustible en los incendios.
Sin embargo, “no es una alternativa rentable” y es que las empresas solo quieren “madera de valor, mientras que el resto no tienen valor y cuesta procesarlos”. Con este tipo de iniciativas como es el aprovechamiento de las maderas menos valiosas para las plantas de biomasa, la provincia de León ganaría dos veces, pues el monte estaría cuidado y se generaría actividad económica.
La recalificación de terrenos y la Ley de Montes
Por otro lado, otra de las cuestiones de las que más se está hablando durante estos incendios, es la recalificación de terrenos y la Ley de Montes, y es que muchos aluden a incendios provocados en zonas específicas donde se han denegado la construcción de parques eólicos y fotovoltaicos. Sin embargo, la Ley de Montes no permite recalificar suelo quemado hasta 30 años después del incendio forestal, con dos excepciones:
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Justificar "razones imperiosas de interés público de primer orden" en una ley estatal o autonómica.
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Que la recalificación ya estuviera aprobada antes del incendio, con lo cual el incendio no implicaría ninguna consecuencia en el uso del suelo.
Es por ello que Franco considera que sería "un error" tomar una decisión así tras una desgracia de estas magnitudes, y de darse, considera que debería ser siempre en beneficio de la zona donde se instalaría dichas plantas de energía renovable a través de la creación de puestos de trabajo y con obligación de que parte de esa energía sea usada por empresas del Bierzo, pudiendo ser además, un incentivo para la instalación de nuevas factorías.
Turrado puso su foco sobre la actual Ley de Montes de Castilla y León, en el sentido en el que esta veta durante cinco años el uso ganadero y cinegético de un terreno tras un incendio, una medida que comenzó a modificarse con excepciones, ya que se habían dado casos en los que se quemaban parcelas por riñas entre vecinos para que el ganadero no pudiese aprovechar dichos terrenos perjudicando así su trabajo.
Además, también aseguró que detrás de los incendios siempre hay negocio, ya que la madera que queda calcinada se tiene que aprovechar porque no puede quedar ahí lo que implica que las madereras sacan cierta rentabilidad de este tipo de incendios.
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