El botillo del Bierzo (no lo hay de otro sitio, aunque lo intenten) celebró esta semana que hace 25 años se puso de etiqueta. Parece algo reciente, porque lleva con nosotros toda una vida en la mesa; de hecho muchas vidas y generaciones.
El caso es que cumple 25 años con marchamo de calidad en la figura de IGP (indicación geográfica protegida).
Esta viñeta va en homenaje de ese ADN berciano sustanciado, impregnado, de la esencia que deja en el alma un rastro de botillos acumulados en cada invierno. Ese sabor y ese olor se terminan de cocer en el recuerdo y deben, sin duda, hacer cosa buena en el mismo ADN.
Nuestro dibujante de cabecera, Daniel Buitrón, nos descubre que el botillo era parte secreta de la pócima del druida en estas aldeas galas y célticas. Un 'reforzante' ancestral de esta tierra.
Y ese druida se descubre aquí como Luis del Olmo, el reconocido locutor de radio que fue parte esencial en esa difusión nacional del botillo que valió como respaldo para lograr la IGP. De hecho el Consejo Regulador del Botillo le rindió homenaje en esa gala de los 25 años de marca protegida.
SIRVA ESTA VIÑETA PARA RECONOCER AL PROTAGONISTA, AL BOTILLO... GRACIAS POR LLENARNOS TANTO
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